jueves, 31 de enero de 2013

Consejos de 1 discípulo de Jauralde a 1 fanático de Becerra

Las pipas son como las almendras
las hay amargas.

Señor que limpia los suelos de la T4

La vida se te da en 1 aula 
          & se te termina en bofetadas
todo lo que empieza en comedia
          no tiene por qué terminar.
Los escritores bárbaros

miércoles, 30 de enero de 2013

Historia Universal de la Literatura

(En un cómodo ser humano)
Un tipo.
El color azul.
El tipo baila.
El mar.
El tipo canta.
Un pájaro.
Otro lo imita.
Un rayo parte una piedra.
No somos piedras.
Otros escuchan.
Otros toman nota.
Crímenes contra la realidad.
Basamento. Capitel.
Otros aplauden.
(Uno que toca la lira)
Una mujer de mármol.
Otros se postran.
Algunos siguen imitando a otros.
Hay quien empieza a creerles.
Crímenes contra la ficción.
Uno es igual a tres.
Clavan a un tipo en dos cadáveres de árbol.
          Pobres árboles.
Para. He dicho que uno es igual a tres.
El tipo dice cosas.
Otros lo escuchan.
Decenas repiten.
Cientos repiten.
Miles repiten.
Cae un imperio. Otro. Otro. Otro.
Me salpica.
Arde una biblioteca.
          Qué calorcito más rico.
Se acaba la leña.
Se apaga la luz.
No veo nada.
Otros copian en sus monasterios.
Una golondrina.
Uno que se aburre.
Empieza a inventarse lo que copia.
El mar es hermoso.
Los rayos dan miedo.
¿Dónde está el mar?
          No lo veo.
Uno que se inventa que tiene fuego dentro.
Nadie parece reparar en la tontería que acaba de decir.
Muchos se lo creen.
Otros no.
A la hoguera. Por listo.
Un poeta menos.
Mejor.
Otros lo imitan.
Una alondra que canta.
No la oigo.
Hay un tipo dando voces en italiano.
          ¿Te quieres callar?
Se muere.
Otro que copia a uno y alguien pierde una mano.
Algo así era.
La hierba sigue creciendo.
          (No sé si había dicho que la hierba crece).
Dos que no se mueren el mismo día pero todo el mundo parece creer que sí.
Acontecimiento.
Detengan las prensas. Acudan todos.
Pero yo estoy mirando cómo crece la hierba.
          Usted se calla.
Pasan cosas. Una cantidad razonable de cosas.
          Por lo menos tres.
De nuevo, imitadores.
Uno vuelve a ser igual a uno.
Hay quien sigue empeñado en hacer un cuadrado con un círculo.
Llevan siglos haciendo eso. Voy a ir y se lo voy a explicar. Vamos a ver...
¡Uy!, ¡la golondrina de antes!
Se posa en un balcón.
Aparece un chino.
Recita algo.
Se lo cargan.
Con pólvora.
Uno que le duele algo.
Pólvora, ¿me oyen?
Ya nadie canta.
A mí me gustaba cuando cantaban.
Una mariposa vive veinticuatro horas.
Yo antes miraba las mariposas.
Veinticuatro horas.
Ya no las miro.
Total, para qué.
Si se van a morir.
¿No?
Veinticuatro horas. 24. ¿Se dan cuenta?
La golondrina le pica en la cara a una chica joven.
Je, je, je.
El del dolor escribe algo sobre el suceso.
Pero no tiene nada que ver con lo que pasó de verdad.
          Crímenes contra la realidad.
Como lo del tipo aquel que le escribió un poema a una que se pinchó quitándose un anillo.
Y luego les juro no se entendía nada.
          Pero nada de nada, ¿eh?
Pues el del dolor igual.
Lo dicho, unos que imitan a otros.
En fin.
Se muere.
Otro menos.
Empiezo a aburrirme.
Yo, yo, yo, yo.
¿Puedo ir a dar una vuelta?
          Quiero ver la nieve.
                    ¿La que rodea el sanatorio?
          Quiero enamorarme.
                    ¿En el parque Luxemburgo?
          Quiero sufrir.
                    ¿Del bazo?
El color Azul.
Yo he visto esto antes.
El mar, ¿se acuerdan?
          El cementerio.
          El tesoro, Dios, la libertad.
Socorro.
Quemo todos mis libros.
Ah, las nubes...
Ésa parece un barco.
Me largo.

. . .

Vuelvo.
Han pasado algunas cosas.
Uno que se ha enamorado.
Otra vez.
Yo, yo, yo, yo.

          te enamoras, él se enamora, nosotros...
Uno que mata a seis millones.
          No está mal.
Otro dice que ya no más poesía.
(Por favor que sea verdad, por favor...)
Otro escribe un poema.
Otro se sienta a leerlo.
Le pregunto que dice.
          Yo, yo, yo, yo.
Qué niña más alegre.
          Francotirador.
Qué ciudad más próspera.
          Bomba atómica.
Qué bosque pletórico de vida.
          Napalm.
          Excavadoras.
                    Con los árboles se hace papel.
                              Con los cadáveres de los árboles.
Los hombres se quiebran como tallos de amapola.
¿Eso ha sido un verso?
Cuidado: poesía.
Uno que escribe un poema.
          Se llama En contra de la tala indiscriminada.
                    Con los cadáveres de los árboles: presten mucha atención.
Todo el mundo mata chinos.
Algunos hacen trabajar a chinos.
Todo el mundo paga a esos algunos.
Al final ya verás como se enfadan.
El mar.
Doscientos cincuenta y seis millones de colores.
Un tipo se corta el pene en público.
Otro se equivoca y lleva un váter a una galería de arte.
Lo apoya para descansar. Un váter pesa lo suyo.
Todos le aplauden.
A otro le queman los libros y se va a dar una vuelta.
¿O ése era yo?
¿O lo he soñado?
Crímenes contra el tiempo.
El tiempo parpadea mirándome a la cara.
Otro verso. Au.
Un tipo me edita. Otro me publica.
¿Puedo ir ya a mirar el mar?
Un austriaco que también quería mirar el mar.
Mucha gente habla a la vez.
No entiendo nada no oigo nada.
Quiero viajar.
Quiero irme de aquí.
Han tapado las puertas han cegado las ventanas.
¿Quién ha sido?
Nadie.
Todos.
Otro se ríe otro llora otro lo va escribiendo todo.
Le pido que me escriba un libro.
Gracias, muchas gracias.
Me dicen que ya pronto voy a salir.
La pared.
El color blanco.
Me siento a leer el libro.
¿Que de qué trata?
Yo, yo, yo, yo.
Es decir:
Un tipo.
El color azul.
El tipo baila.
(Alguien me pasa un pañuelo por la boca).
(Otro viene a recoger mis excrementos).
El mar.
El mar.
El mar...
Munir

martes, 29 de enero de 2013

Camarón

Decir Jose es decir nostalgia, pena,
baldío, ausencia, la Chispa llorando
naufragio de lágrimas estallando
sueño de torero corriendo en vena.

Decir Monge es la tormenta de arena
la bahía, Cadiz y San Fernando
en el calor la fragua calentando
eterno recuerdo en nuestra condena.

Decir Cruz es decir flamenco, fuente
de vida, arte que emana de un cabello
melena al viento del sueño incipiente.

Decir Camaron es como quedarme
sin palabras, sin sangre, el degüello
baja tu voz desde el cielo a rasgarme.
Gonzalo Benito

lunes, 28 de enero de 2013

Epitalamio bárbaro

El alba aún no aparece en su gloria de oro. 
Canta el mar con la música de sus ninfas en coro 
y el aliento del campo se va cuajando en bruma. 
Teje la náyade el encaje de su espuma 
y el bosque inicia el himno de sus flautas de pluma. 
Es el momento en que el salvaje caballero 
se ve pasar. La tribu aúlla y el ligero 
caballo es un relámpago, veloz como una idea. 
A su paso, asustada, se para la marea. 
La náyade interrumpe la labor que ejecuta 
y el director del bosque detiene la batuta. 
"¿Qué pasa?" desde el lecho pregunta Venus bella. 
Y Apolo: "Es Sagitario que ha robado una estrella".
Rubén Darío

sábado, 26 de enero de 2013

El Colca en la Gran Vía

Compro oro.
Regalo
sonrisas y algún guiño.
Amaneceres compro
y paso a paso compro
el camino de vuelta

Oro compro, señores,
Lo dice mi pancarta, ¿no lo ven?
Compro oro y obsequian
mis pupilas
el vuelo de los cóndores
los Andes enteritos
mi casa, mis raíces
y el loco despeñarse
de la lluvia
por el cañón del Colca.

Oro compro, señora
el hombre anuncio
entrega
hasta sus utopías
para volver a casa.

viernes, 25 de enero de 2013

Balada del patrón

Patrón, patrón,
Hay grietas en mi tejado.
¿No t'acuerdas que te dije
ya el día pasado?

Patrón, patrón,
Estos escalones están aportillados.
Cuando suba usté mismo
Será una maravilla que no caiga abajo.

¿Diez pavos dice que le debo?
¿Diez pavos es mi pagadero?
Bien, pues son diez pavos que no pagaré
Hasta que arregle de nuevo este chalet.

¿Qué? ¿Va a traer orden de desalojo?
¿Va a cortar mi calefacción?
¿Va a coger todos mis muebles
y arrojarlos al callejón?

Um-huh! Está hablando alto y claro,
Hable hasta llegar al final.
Que no podrá decir palabra
si aterriza mi puño en su cara.

Agente! Agente!
Venga y detenga a este criminal!
Está tratando de arruinar al Gobierno,
y revocar esta propiedad!

Silbato policial!
Patrullas con sirena!
Arresto!
Estación policial!
De hierro la celda!
Titulares en prensa:
HOMBRE AMENAZA A SU CASERO
EL INQUILINO NO TIENE FIANZA
JUEZ ENVÍA A NEGRO 90 DÍAS A LA PRISIÓN DE LA COMARCA!

Versión original:

Landlord, landlord,
My roof has sprung a leak.
Don't you 'member I told you about it
Way last week?

Landlord, landlord,
These steps is broken down.
When you come up yourself
It's a wonder you don't fall down.

Ten Bucks you say I owe you?
Ten Bucks you say is due?
Well, that's Ten Bucks more'n I'l pay you
Till you fix this house up new.

What? You gonna get eviction orders?
You gonna cut off my heat?
You gonna take my furniture and
Throw it in the street?

Um-huh! You talking high and mighty.
Talk on-till you get through.
You ain't gonna be able to say a word
If I land my fist on you.

Police! Police!
Come and get this man!
He's trying to ruin the government
And overturn the land!

Copper's whistle!
Patrol bell!
Arrest.
Precinct Station.
Iron cell.
Headlines in press:
MAN THREATENS LANDLORD
TENANT HELD NO BAIL
JUDGE GIVES NEGRO 90 DAYS IN COUNTY JAIL!
Langston Hughes

Nota: traducción libre de fulminato.

jueves, 24 de enero de 2013

Himno de la Falange

Nuestro himno debe ser una canción alegre, 
exenta de odio, pero a la vez de guerra y amor. 
Haremos una estrofa a la novia, después una 
alusión a la guardia eterna en las estrellas, 
y luego otra a la victoria y la paz.

 José Antonio Primo de Rivera

Cara al sol con la camisa nueva
que tú bordaste en rojo ayer
me hallará la muerte si me lleva
y no te vuelvo a ver
formaré junto a mis compañeros
que hacen guardia sobre los luceros,
impasible el ademán,
y están
presentes en nuestro afán.
Si te dicen que caí
me fui
al puesto que tengo allí.
Volverán banderas victoriosas
al paso alegre de la paz,
y traerán prendidas cinco rosas,
las flechas de mi haz.
Volverá a reír la primavera
que por cielo, tierra y mar se espera
¡Arriba escuadras a vencer,
que en España empieza a amanecer!
José Antonio Primo de Rivera
José María Alfaro
Agustín Foxá
Dionisio Ridruejo
Pedro Mourlane Michelena
Jacinto Miquelarena
Rafael Sánchez Mazas
Marqués de Bolarque
Nota: la cita del principio la hemos añadido nosotros. 

miércoles, 23 de enero de 2013

Razón de amor

Sancti spiritus adsid nobis gratia. Amén.

Qui triste tiene su coraçón
benga oyr esta razón.
Odrá razón acabada,
feyta d’amor e bien rymada.
Vn escolar la rimó
que sie[m]pre duenas amó.
Mas sie[m]pre ouo cryança
en Alemanja y en Fra[n]çia,
moró mucho en Lombardía
pora [a]prender cortesía.
En el mes d’abril depués yantar
estaua so un oliuar.
Entre çimas d’un mançanar
un uaso de plata ui estar.
Pleno era d’un claro uino
que era uermeio e fino;
cubierto era de tal mesura,
no lo tocas la calentura.
Vna duena lo y eua puesto
que era senora del uerto,
que quan su amigo uiniese
d’aquel uino a beuer le diesse;
<qui> de tal uino ouiesse
en la man(a) quan comiesse:
e d'ello ouiesse cada día:
nu[n]cas más enfermarya.
Ariba del mançanar
otro uaso ui estar;
pleno era d’un agua fryda
que en el mançanar s[e] naçía.
Beuiera d’ela de grado,
mas oui miedo que era encantado.
Sobre un prado pus mi tiesta,
que nom fizies mal la siesta;
partí de mí las uistiduras,
que [n]om fizies mal la calentura.,
plegem a una fuente p(er)erenal,
nu[n]ca fue omne que uies tall;
tan grant uirtid en sí auía
que de la frydor que d’i yxía
cient pasadas aderedor
non sintryades la calor.
Todas yeruas que bien olíen
la fuent çerca sí las teníe:
y es la saluia,y sson [l]as rosas,
y el liryo e las ui[ol]as.
Otras tantas yeruas y auía
que sol no[m]bra no las sabía,
Mas ell olor que d’i yxía
a omne muecto ressuçitarya.
prys del agua un bocado
e fuy todo esfryado.
En mi mano prys una flor,
sabet, non toda la peyor
E quis cantar de fin amor,
mas ui uenir una doncela,
pues naçí non ui tan bella.
bla[n]ca era e bermeia,
cabelos cortos sobrell oreia,
fruen bla[n]ca e loçana,
cara fresca como ma[n]çana;
naryz egual e dreyta,
nunca uiestes tan bien feyta;
oios negros e ridientes,
boca a razón e bla[n]cos dientes;
labros uermeios non muy d[e]lgados
por uerdat bien <mensurados>;
por la çentura delgada
bien esta[n]t e mesurada.
El manto e su brial
de xamet era que non d’al.
Vn so[m]brero tien en la tiesta,
que <non le> fiziese mal la siesta.
Vnas luuas tien [en] la mano,
sabet, non ielas dio vilano.
D[e] las flores uiene tomando
en alta uoz d’amor cantando
E deçia: «¡ay, meu amigo,
si me uere yamás contigo.
Amet’ sempre e amare
quanto que biua seré!
Por que eres escolar
quis querer e te deuría más amar.
Nunqua odí de homne deçir
que tanta bona manera ou(u)iera en si.
mas amaría contigo estar
que toda espana mandar.
mas d’una cosa so cujtada:
e miedo de seder enganada;
que dizen que otra duena
cortesa e bela e bona
te quiere tan gran ben,
por ti pie[r]de su sen;
e por esso e pauor
que a esa quieras meior.
Mas s’io te uies una uegada
a plan me querryes por amada».
Quant la mia senor esto dizía,
sabet, a mí non uidia;
<pero que no me conoçía>
se que de mí non foyrya.
Yo non fiz aquí como uilano,
leuem e pris la por la mano;
junniemos amos en par
e posamos so el oliuar.
Dix le yo: «Dezit, la mía senor,
si ssupiestes nu[n]ca d’amor».
Diz ella: «A plan con grant amor ando,
mas non connozco mi amado,
pero dizem un su mesaiero
que es clérygo e non cau[al]ero.
Sabe muio de trobar,
de leyer e de cantar.
Dizem que es de buenas yentes
mancebo barua punjentes».
«Por Dios que digades, la mía senor,
que donas tennedes por la su amo».
«Estas luuas y es’capiello,
est’oral y estanjello,
nnbió a mj es’meu amjgo
que por la su amor trayo conmigo».
Yo connoçí luego las alfayas
que yo ielas auía enbiadas.
Ela connoçió una mj çi[n]ta man a manno,
que la (la) fiziera con la su manno.
Tolios el manto de los o[n]bros,
besóme la boca e por los oios,
tan gran sabor de mí auía,
sol fablar non me podía:
«¡Dios senor,a ti loa quant conozco meu amado!
Agora e tod bien quant conozco meo amigo.
Vna grant pieça alí estando
de nuestro amor ementando,
Ela m’dixo: «El mío senor, ora m’seryra de tornar
Si a uos non fuese en pesar».
Yol’dix: «Yt, la mía senor, pues que yr queredes,
mas de mi amor pensat fe que deuedes».
Ela m’dixo: «Bien seguro seyt de mj amor,
no uos camiaría por un emperad[or].
La mía senor se ua priuado,
dexa a mí desconortado.
(q) que la ui fuera del uerto
por (por) poco non fuy muerto.
por uerdat quisieram’ adormir,
mas una palomela ui;
tan bla[n]ca era como la nieu del puerto,
uolando uiene por medio del uerto,
un cascauielo dorado
tray a1 pie atado;
<en la fuent quiso entra,
quando a mí vido, estar entros en el malgranar>.
Quando en el uaso fue entrada
e fue todo bien esfryada,
ela que quiso ex[ir] festino,
vertios’ el agua sob[r]el u(i)no.

Aquis copiença <el uino a denostar>,
y el agua a maliuar.
E1uino fauló primero:
–«¡Mucho m’es uenido mal companero!
Agua, as mala mana,
non quería auer la tu compana,
que quando te legas a buen bino
fázeslo feble e mesquino».
–«Don vino, fe que deuedes,
¿por quáles bondades que uos auedes
a uos queredes alabar
e a mí queredes auiltar?
Calat, yo e uos no nos denostemos
que u[est]ras manas bien las sabemos.
bien sabemos qué recabdo dades
en la cabeça do entrades.
Los buenos uos preçian poco,
que del sabio fazedes loco.
No es homne tan senado
que de ti ssea fartado,
que no aya perdio el ssesso y el recabdo».
E1uino con sana pleno,
dixo: –«Don agua, bierua uos ueno.
Suzia; desberconçada,
salit buscar otra posada,
que podedes a dios iurar
que nu[n]ca entrastes en tal lugar;
antes amaryella e astrosa,
agora uermeia e fermosa».
Respondió ell agua:–«Don uino, ¿que y ganades
en uillanias que digades?
Pero si uos en t’apagades,
digamos uos las uerdades:
que no a homne que no lo sepa
que fillo sodes de la çepa
y por uerdat uos digo
que non ssodes pora comigo,
que grant tiempo a que uestra madre serye ardud[a]
ssi non fusse por mía iuda:
mas quando ue que le uan cortar
plora e fago la (v) leuar».
Respondio el uino: –«Agoa, enti[n]do,
que lo dizes por iuego.
Por uerdat placem de coraçón,
por que somos eri est’ razón;
ca en esto que dizes puedes entender
como es grant el mío poder,
ca ueyes que no e manos ni piedes,
eio a muchos ualie[n]tes.
E si farya a qua[n]tos en el mu[n]do [son]
e si biuo fuese sansón.
E dexemos todo lo al,
a mesa si[n] mí nada non ual».
E1 agua iaze muerta ridiendo
de lo que’1 uino esta diziendo.
–«Don uino, si uos de dios salut,
que uos me fagades agora una uirtud:
ffartad bien un uillano,
no lo prenda ni[n]guno de la mano,
e si antes d’una pasada no cayere en el lodo,
dios ssodes de tod en todo(do).
E si esto fazedes,
otorgo que uençudam’ auedes.
En una bla[n]ca paret
cinco kandelas ponet,
e si el beudo non dixiere que son ciento,
de quanto digo de todo mjento».
-«Par dios –diz el uino–, mucho somos en buena razón,
si comygo tuuieres entençión.
¿Quieres que te diga agora una cosa?,
no sé res tan lixosa:
tu sueles cales <mondar
e caleias> y andar;
por tantos de lixos (de) lugares
delexas tú senalles,
e sueles lauar pies e manos
e limpiar muchos lixos panos,
e sueles tanto Andar co[n] poluo mesclada
fasta que en lo[do] eres tornada.
C’a mí sie[m]pre me tiennen ornado,
de entro en buenna[s] cubas condesado.
E contart’ e otras mís manas
mas temo que luego te asanas.
Yo <fagol’> al çiego ueyer
y al coxo corer
y al mudo faubla
y al enfermo organar;
así co[m] dize en el scripto,
de [mí] fazen el cuerpo de Iesu Xristo».
«Así, don uino, por carydad,
que tanta sabedes de diujnidat.
Alau<a>t, io y todo algo e en cristianjsmo,
que de agua fazen el Batissmo,
E dize Dios que los [que] de agua fueren bautizados
fillos de Dios serán clamados;
e llos que de agua non fueren bautizados
fillos de dios non será[n] clamados

... ... ... ... ... ... ...

Mi razón aquí la fino,
e mandat nos dar uino.
Qui me scripsit scribat,
se[m]per cum domino bibat.
Lupus me fecit, de Moros.

martes, 22 de enero de 2013

La mezcla

No sólo
el fofo fondo
los ebrios lechos légamos telúricos entre fanales senos
y sus líquenes
no sólo el solicroo
las prefugas
lo impar ido
el ahonde
el tacto incauto solo
los acordes abismos de los órganos sacros del orgasmo
el gusto al riesgo en brote
al rito negro al alba con su esperezo lleno de gorriones
ni tampoco el regosto
los suspiritos sólo
ni el fortuito dial sino
o los autosondeos en pleno plexo trópico
ni las exellas menos ni el endédalo
sino la viva mezcla
la total mezcla plena
la pura impura mezcla que me merme los machimbres el
          almamasa tensa las tercas hembras tuercas
la mezcla

la mezcla con que adherí mis puentes

Oliverio Girondo

lunes, 21 de enero de 2013

Ser/estar

Las personas felices están
en peligro de extinción.
Están me excluye
del grupo de personas felices.
Es tan
trágico.

Están en peligro de extinción
porque hoy lo están
-felices-
pero mañana podrán
no estarlo
-felices-
o no estar.
Feliz es
un estado.
Persona no.

Las personas están felices
en peligro de extinción.
Están en un estado
finito
(como cualquier Estado)
de existencia,
felices
porque se sienten únicos.
Yo no.

Yo no porque están me excluye
-como antes-
del grupo de personas felices
o
-como ahora-
del grupo de personas en peligro
o
-como puede que mañana-
del grupo de personas.

Yo soy único.

Este poema tan exclusivo
-paradójicamente
así es-
así me hace.

(Por tanto me hace feliz
y por eso estoy en peligro
de extinción).
Julio Achútegui

domingo, 20 de enero de 2013

Sanidad exterior

Me vacunaron contra la fiebre amarilla
días antes de embarcarme para Dakar;
se olvidaron de inocularme
el virus de la rabia y de la insidia
que gobierna en el Norte.
-A partir del jueves toma este tratamiento
contra el paludismo, un mes entero-,
nadie me recetó pastillas contra el odio y la difamación.
Difama que algo que queda, bebe de este libro de venenos.
Eres culpable mientras no demuestres tu inocencia, cariño.
La doctora me preguntó si había hecho la mili
y si estaba vacunado contra el tétanos.
-Fui objetor- y me puso otro chute
que salpicó de sangre una camisa blanca de H & M.
Habló la bata blanca:
Lo siento, la sangre se va con agua oxigenada.

II
Me escribió un asesino, dibujó con astucia mi muerte,
y entonces en vez de responder a la provocación
me suicidé junto a la plaza de toros de Móstoles
todo un fin de semana.
Me metí por la napia tres gramos
y (hasta perder el sentido)
veinticuatro litros de ron con limón.
Antes de irme a Senegal estuve media hora
con una puta negra:
-Recuerda que la esperanza
es lo último que se aguirre- susurró.

III
Creí que una sonrisa era un buen pasaporte
para los corazones en tinieblas;
comprendí con dolor que la mejor de tus sonrisas
padece halitosis para el peor de tus enemigos.
Me vacunaron contra la felicidad
y recetaron antidepresivos;
desconocía que no había cimas para todos
y que el camino a la montaña
estaba infestado de putasemeas,
(hijo de puta en euskera)
y envidiosos.
Me vacunó contra el amor
una mujer que hablaba de futuro
y a los dos años vi las naranjas chinas
del bingo en mis pupilas
y escuche los violines de otro ser perfecto.
También en el Norte es hermoso el amor.

sábado, 19 de enero de 2013

Arde el mar

Oh ser un capitán de quince años
viejo lobo marino las velas desplegadas
las sirenas de los puertos y el hollín y el silencio en las barcazas
las pipas humeantes de los armadores pintados al óleo
las huelgas de los cargadores las grúas paradas ante el
               cielo de zinc
los tiroteos nocturnos en la dársena fogonazos un cuerpo
               en las aguas con sordo estampido
el humo en los cafetines
Dick Tracy los cristales empañados la música zíngara
los relatos de pulpos serpientes y ballenas
de oro enterrado y de filibusteros
Un mascarón de proa el viejo dios Neptuno
Una dama en las Antillas ríe y agita el abanico de nácar
               bajo los cocoteros
Pere Gimferrer


viernes, 18 de enero de 2013

Sin pantalones, por favor.

No haces más que hablar y hablar
No dices más que palabras vacías
Sin sentido
Tan ridículas que queriendo ser hiriente sólo me
Desconciertan. Ya no sé ni qué me inspiras
Desde luego no es desamor
Porque nunca te he amado.
Odio tampoco
Para odiar hay que haber querido amar.
No sé ni qué me inspiras.
Hablas y hablas, emites mil sonidos por
Esa boca tuya, y yo sólo veo esos
Horribles
Pantalones
Verdes
De pana
Que siendo sinceros, te sientan fatal.

Quieres ofenderme
Y de verdad valoro tus esfuerzos
Pero no puedes pretender que
te tome en serio con esos
Horribles
Pantalones
Verdes
De pana
Gritándome desde tus piernas.

Supongo que te ofenderás
Si no me ofendo.
Creo que serás más feliz si tu esfuerzo
Hiperbólico
Tiene algún fruto
De modo que a pesar de esos
Horribles
Pantalones
Verdes
De pana
Y de mis ganas de reír
Voy a fingir que me duelen
Los puñales
Que tú crees que me estás clavando.

Fingiré, como una mala esposa
Finge un mal orgasmo
Fingiré ofenderme
Sólo
Para que dejes de mirarme con esos
Horribles
Pantalones
Verdes
De pana.

jueves, 17 de enero de 2013

Hoy están muy bien todos

Las manos se me agrietan
sobre todo la derecha.
Será por el ci...
¡Qué difíciles son los cinco!
No por ello dejan de serlo
los veinticinco.
Aunque, en ocasiones,
no los recuerdo,
CONFIESO.
-ni los unos, ni los otros-
¡Coged algunas piedras!
     ¡Vamos a matar palomas!
Que
no
quede
ni
una.

miércoles, 16 de enero de 2013

Posesión

Negros de sombra. Caudales
de lentitud. Impaciente
se esfuerza en armar la luna
sobre la sombra sus puentes.
(¿De plata? Son levadizos
cuando, bizarro, de frente,
de sus puertos despegado
cruzar el día se siente.)
Ahora los rayos desgarran
la sombra espesa. Reciente,
todo el paisaje se muestra
abierto y mudo, evidente.
Húmedos pinceles tocan
las superficies, se mueven
ágiles, brillantes; tensos
brotan a flor los relieves.
Extendido ya el paisaje
está. Su mantel, no breve,
flores y frutos de noche,
en dulce peso, sostiene.
La noche, madura toda,
gravita sobre la nieve
hilada. ¿Qué zumos densos
dará en mi mano caliente?
Su pompa rompe la cárcel
exacta, y la pulpa ardiente,
constelada de pepitas
iluminadas, se vierte.
Mis rojos labios la sorben.
Hundo en su yema mis dientes.
Toda mi boca se llena
de amor, de fuegos presentes.
Ebrio de luces, de noche,
de brillos, mi cuerpo extiende
sus miembros, ¿pisando estrellas?,
temblor pisando celeste.
La noche en mí. Yo la noche.
Mis ojos ardiendo. Tenue,
sobre mi lengua naciendo
un sabor a alba creciente.
Vicente Aleixandre

martes, 15 de enero de 2013

Slowly


S
L
O
W
Since that day…
A strange feeling runs over my dreams, the nakedness…
Run over me.
I think it tastes like rhythm of kisses… those kisses.
It hurts and I like it too much.
Today I´ve dreamt again the we became lost slowly,
We practiced provocation slowly,
We were the lie in the slow,
And I stayed to dwell so close to your mouth…
But slowly… very slowly.
La Chica Metáfora

Nota: traducción del poema Despacio a cargo de Andrés Piquer. Corrección de Anónimo.

lunes, 14 de enero de 2013

Fragmento



(Echo de menos las calles de Madrid
en las mañanas plateadas.)

Y cada una de ellas velando.
Iride

domingo, 13 de enero de 2013

El embargo

Señol jues, pasi usté más alanti
y que entrin tos esos.
No le dé a usté ansia
no le dé a usté mieo...
Si venís antiayel a afligila
sos tumbo a la puerta.
¡Pero ya s'ha muerto!
Embargal, embargal los avíos,
que aquí no hay dinero:
lo he gastao en comías pa ella
y en boticas que no le sirvieron;
y eso que me quea,
porque no me dio tiempo a vendello,
ya me está sobrando,
ya me está jediendo.
Embargal esi sacho de pico,
y esas jocis clavás en el techo,
y esa segureja
y ese cacho e liendro...
¡Jerramientas, que no quedi una!
¿Ya pa qué las quiero?
Si tuviá que ganalo pa ella,
¡cualisquiá me quitaba a mí eso!
Pero ya no quio vel esi sacho,
ni esas jocis clavás en el techo,
ni esa segureja
ni ese cacho e liendro...
¡Pero a vel, señol jues: cuidaíto
si alguno de esos
es osao de tocali a esa cama
ondi ella s'ha muerto:
la camita ondi yo la he querío
cuando dambos estábamos güenos;
la camita ondi yo la he cuidiau,
la camita ondi estuvo su cuerpo
cuatro mesis vivo
y una noche muerto!...
Señol jues: que nenguno sea osao
de tocali a esa cama ni un pelo,
porque aquí lo jinco
delanti usté mesmo.
Lleváisoslo todu,
todu, menus eso,
que esas mantas tienin
suol de su cuerpo...
¡y me güelin, me güelin a ella
ca ves que las güelo!...



Jose Mª Gabriel y Galán

sábado, 12 de enero de 2013

¿Qué son las mariposas del alma?

No es la respuesta rápida sino el proceso lento,
Lo que dirige mi cometido;
Algunos no lo entenderán, otros lo criticarán,
La mayoría lo aplaudirán
Y a mí realmente me da igual.

Una vez hube observado por un breve instante
En una tinción de contraste
Aquellas espinas y ramificaciones
Que emergían furibundas, azarosas, estimulantes
Se abriría ante mí un horizonte de sucesos.

Cuando tocas, acaricias, muerdes, besas, lames
Solo yo pienso en un Disco de Paccini excitable;
Si veo tu erección la traduzco a la inhibición
Del Nucleo Paragigantocelular Bulbar sobre tu Cuerpo Cavernoso peneal.
Tu necesitas aire fresco para respirar,
Amigo, lo que necesitas es un transporte de electrones mitocondrial.
¿Necesitas comer? ¡Come! Tu Hipotálamo Ventromedial
Te dará la señal de saciedad.
No tengas miedo, estás protegido gracias a la Bóveda Craneal
y al Tabique Septodural, ¿Qué podría pasar?
Me veis ahora y observáis vuestro mundo gracias al Lóbulo Occipital
Y escucháis y comprendéis mis palabras merced al Lóbulo Temporal
Amáis con el Cingular Retroesplenial,
pensáis y habláis con el Frontal,
escribís con el Parietal y os drenáis gracias al espacio cisternal.
No olvidemos lo más importante, tus impulsos permanecerán constantes
Por un eficiente transporte axonal,
Que basado en la entrada del Calcio intracelular
Es causante de las diferencias eléctricas de Potencial.

Neurociencia es poesía, es neurocultura viva,
Para los ojos del que la mira,
Como aquel genio que la miró en los albores de esta disciplina,
Aquél que acuñó a los terminales sinápticos
El estético nombre de “besos protoplasmáticos”.

La red innata que te acompaña desde la concepción,
Esa red prolífica, abarrotada, innumerable
Te comunica con el exterior
La misma red que se encarga de hacerte caminar
Fue capaz de componer la Misa en Si Menor de Bach o edificar el Taj-Mahal.

Un solo vistazo a la red marea, pero dos enamora,
Tres son suficientes para el descubrimiento científico
Que compromete y desafía a la Humanidad entera.
La Historia del Hombre, de lo que somos y seremos algún dia,
Crece y crece infinitesimal y fugazmente en cada vida,
Contenida en pocos centímetros de pura energía,
La red que me permite recordar esas palabras de mi querido Ramón y Cajal,
“¿Qué son verdaderamente las mariposas del alma?”

viernes, 11 de enero de 2013

La partida

    Alguien dio la voz de alarma. Todas las manos actuaron a la orden. Los tapones deformados por los dedos volvieron a enroscarse sobre las botellas. Estas se apoyaron reunidas inocentemente en la bolsa blanca del chino sobre un árbol. Los perros aparecían de entre los setos, volvían al campamento. Alguno ya gruñía. Aún bajaban de los coches y todoterrenos cuando una de las manos de los Jugadores levanto levemente el tablero de ajedrez portátil de la hierba. Los demás echaron debajo las bolsitas de plástico y chivatos que contenían la hierba. Quedaba un hueco bajo el tablero plegable, que servía para guardar las fichas imantadas. Continúa la partida. Los pasos rondan cercanos, los perros gruñen. Dos de nosotros se levantan, les gritan, les agarran. Con la misma furia. Y les calman. Botas, muchas botas. “Buenas tardes, ¿qué estáis haciendo?” La pregunta es tan obvia que nadie contesta. Ni si quiera nos ven a todos. Solo ven a algunos. Un movimiento, la partida continúa. Las charlas también. Frases cortas. Un lenguaje ininteligible para ellos. Codificado en horas y horas al frío de la noche. Deja patente el desdén la naturalidad con que fluyen de boca a boca las aventuras corridas en Internet. No saben lo que buscan. Solo siguen ordenes. Ordenes de recaudar. Las manos se agarran al cinturón, quizá por el vértigo. O la rutina. Miradas que se cruzan confusas. Falta el cerebro, la Gran Cabeza. No está el Gordo-Calvo. El Gordo-Calvo, nombre de guerra, es aquel del que podemos oír las perlas: “¿Qué eres? ¿un mono? ¿me voy yo a tu casa a subirme por los muebles?”, cuando uno está tranquilamente subido a un árbol; “¿ahora te molesta , no?”, cuando le tira la mochila a otro a su propio orín mientras le pone una multa por mear en la calle; “¿que dices que tú no estás bebiendo? Pues me da igual, yo he venido a poner X multas y es lo que voy a hacer. Te la pongo por hacer ruido y punto”, un día cualquiera en el parque. El Puto Amo, vaya. Cuando habla, todos los demás callan. En el ajedrez cambian las estrategias según avanza la partida. Los enemigos se adaptan el uno al otro. Se aprehenden. Sen-no-sen. La partida avanza. Algunos de ellos se acercan. Preguntan. “¿Quien va ganando?” Siempre igual, no entienden. Los más, observan desconfiados los movimientos. No se acercan: el tablero posee como un aura que no se atreven a perturbar. Cuando, confusos, no han encontrado nada, más callados, sin las manos en el cinturón ya, como si no pesase tanto su ego, se van. Se van dejando una estela que arrastran, una sensación de no entender muy bien qué ha ocurrido. Una sensación que pronto desparece de nuestras cabezas, pero que les persigue. Quizá cuando fingen dormir junto a sus novias jóvenes y bonitas, o cuando esperan con la mirada perdida a que la cafetera italiana vomite la mezcla, en las monótonas sesiones de gimnasio que moldean sus cuerpos, flota en silencio en las conversaciones de cerveza tras la jornada. Uno de los Jugadores no consigue reaccionar. No ve movimiento posible. La partida está parada.

loro

jueves, 10 de enero de 2013

miércoles, 9 de enero de 2013

(Me gusta cuando mueres...)

Me gusta cuando mueres porque estás como ausente,
parece como si nada importara ya, y es gratificante,
como a base de repetirlo muere cada vez el arte.

Me gusta cuando te gusta porque estás complaciente,
parece que lo comprendes, que lo compartes... mientes,
como apenas te asomas al abismo y crees que lo entiendes.

Me gusta cuando odio porque eres ese referente,
parece que lo eres; la fuente de mi odio en frente,
como te das cuenta... esto es un espejo... de repente.
Vade Retro  

martes, 8 de enero de 2013

El insomne amante piensa

El insomne amante piensa,
mientras el dormido amado
sueña en otra cosa.
Así invierte Amor
la postrada imagen
de quien buscó el placer
y encontró el deseo.
José Teruel Benavente

lunes, 7 de enero de 2013

No decía palabras

No decía palabras,
acercaba tan sólo un cuerpo interrogante,
porque ignoraba que el deseo es una pregunta
cuya respuesta no existe,
una hoja cuya rama no existe,
un mundo cuyo cielo no existe.

La angustia se abre paso entre los huesos,
remonta por las venas
hasta abrirse en la piel,
surtidores de sueño
hechos carne en interrogación vuelta a las nubes.

Un roce al paso,
una mirada fugaz entre las sombras,
bastan para que el cuerpo se abra en dos,
ávido de recibir en sí mismo
otro cuerpo que sueñe;
mitad y mitad, sueño y sueño, carne y carne,
iguales en figura, iguales en amor, iguales en deseo.
Aunque sólo sea una esperanza
porque el deseo es pregunta cuya respuesta nadie sabe.
Luis Cernuda

domingo, 6 de enero de 2013

8 poemas en forma de artefacto

1. Sofisma

Y ahora
que estás
en España
que como
ya sabrás
es un país
en el que impera
el Estado
de Derecho
nunca olvides
que tu libertad
termina
donde empieza
la libertad
de los demás
le dijo
el funcionario
del Ministerio
del Interior
al inmigrante
magrebí.


2. Derecho

Tienes derecho
a expresar
libremente
todo aquello
que te esté permitido decir.


3. Payaso

Al terrorismo
se le llama
convivencia
si lo ejerce
un payaso
uniformado
con apoyo
de la grey.


4. Moscas

Los demócratas
han aprendido
de las moscas:
cuanto mayor
sea el tamaño
de la mierda
tanto más grande
es el consenso.


5. Periodismo

Lanza la mierda
y lávate las manos.


6. El poder de la palabra

Usté no sabe
con quién
se está metiendo
dijo el borracho
en la
comisaría.

Porque soy
poeta
y fui tocado
por los dioses
con el poder
de la palabra.

Y le partieron
la otra ceja
antes de darle
por el culo
con su propia
estilográfica.


7. Racismo

No hay color
que no se doblegue
al del dinero.


8. Compromiso

                                                                         -¿Eres político, Lou?
                  -¿Político? ¿Con respecto a qué? Dame un tema.
                 te daré un pañuelo, y me limpias el culo con él...

                                                       Lou Reed, "Take no Prisoners"

Hay escritores
que se empeñan
en que los libros
siempre están
en otra parte.

Somalia
Nicaragua
Mongolia
Pernambuco
Sarajevo
qué más da.

Y si te paras
a pensarlo
tiene gracia
porque al final
aciertan
sin saberlo:
cualquier
jodida parte
menos donde ellos
estén.
Roger Wolfe

sábado, 5 de enero de 2013

Mi psicóloga me dice que se jubila

Mi psicóloga me dice que se jubila
Y yo que tenía tantas cosas que decirle aún sobre mi madre
Sobre su alcoholismo, su cariño asfixiante, su elevada ausencia
De cómo en sexto de primaria se presentó en una asamblea
Y más o menos por las buenas le arrebató el micrófono al director
Con lengua torpe por la cerveza se dirigió a los padres, profesores y compañeros
Animándoles a celebrar y aplaudir los esfuerzos del sorprendido director
Yo quería morir
Y peleé por el honor de mi madre por lo menos siete veces
En las semanas siguientes

Mi psicóloga me comunica que se jubila
Que yo me quedaré huérfano con mis complejos
Me veré feo en el espejo
Inútil ante la tarea
Oleré rechazo en las palabras neutras
Me quedaré helado de pánico
En presencia de cualquier mujer
Libraré batallas entre mi orgullo y mi vergüenza
Donde a veces soy el genio malentendido
Y otras un gusano carroñero echando lo bueno a perder

Mi psicóloga me informa que se jubila
No escuchará más milongas sobre la ausencia del padre
Sobre crecer macho y perdido
Perdido en un bosque de apetitos sexuales
De poses, actitudes y conatos de ética
De piropos, chistes verdes y bromas pesadas
De hacer chapuzas y después ver el partido
Intenté convertir al marido de mi madre en padre
Después al vecino porrero, al profesor querido, al padre de mi novia
No resultó
Por fin, ayudado por una canción de John Lennon
Me convertí en mi propio padre
A base de gritos de angustia
Acepté mi solitaria hombría
Ahora yo me cuido yo me educo y yo me amo
Pero en mi psique sigue habiendo un hueco paternal

Mi psicóloga me advierte que se jubila
Ya no abrirá la ratonera de mi subconsciente
No compartiremos mis sueños
No habrá observaciones perspicaces
Sobre mis motivaciones secretas
No me mostrara la bondad de mi alma
Mi psicóloga es dulce y sabia pero los años pasan
Así que me anuncia que se jubila
Que esta será nuestra ultima cita
“Pero no te preocupes,” me dice
“Alguien cubrirá mi plaza.”

viernes, 4 de enero de 2013

Anunciación

¿Y este baño de nieve?                        
¿Y este aserrín de almendra en los pezones?    
Y en mis regiones lunares,                      
¿por qué esta Pócima lenta de tu boca          
volcada como aceite,                            
saliva somnolienta?                            
¿Cuáles palabras, cuáles,                      
me has puesto sobre el sexo?                    
Navegan hacia un cielo                          
mis dos muslos sonámbulos,                      
y en tan tierno declive                        
un ramillete helado de fresquísimos berros      
deslizas del tobillo hacia mi gozne.            
¿Y este aroma viril, sus estrellas saladas?    
¿Cuáles palabras, cuáles,                      
escozor de jengibre                            
de tu barba crecida, entre mi sexo?            
¿Cuántos besos has puesto                      
sobre esta ventanita?                          
Adiós. No escribes más                          
con tus húmedos dedos.                          
¿Qué cosa has dicho? Un algo,                  
un ya no supe cuál de anunciación.              
Te has puesto la bufanda. ¿De dónde viaja a ti  
toda la luz?                                    
Adiós dardo bellísimo del sol.                  
Te yergues todavía. Te estás por ir.            
Devuelves hacia el lecho                        
esa boca sanguínea                              
y alcanzas con el borde de tu lengua            
las cimas de mis senos,                        
sus morenos torreones de azúcar diminutos.      
Abro los ojos. ¿Dónde                          
miro pasar volando                              
un abrigo raído?                                
¿Por qué, como la nieve, en el tejado?          
Un dios se mueve en mí.                        
Adiós, arcángel.            

Ana  Istaru                   

jueves, 3 de enero de 2013

Silbar

Cuánto
Me gusta
Silbar
-pocas veces
O ninguna
He reparado
En cuánto me gusta-

Silbarte
De lejos
Al verte
De espaldas
Silbarte bajito
Al oído
Cuando sé
Que no voy
A molestarte.
Estoy
Tan bien
Aquí y ahora
En soledad,
Sin embargo
Tal vez
Pueda cambiarlo todo.

A mí también
Me asusta
-me cuesta-
Dormir
Acompañada.

Sin embargo
Podría
Silbarte
Hasta que
Nos invadiese
El sueño y
Rendida
Cayese
Respirándote.

miércoles, 2 de enero de 2013

La Revolución

Ciertamente se acerca una revolución
distinta a las habidas en la historia,
la de los chicos de Internet,
la de los facebook-man,
la definitiva.

La de los ex obreros
que añoran las obras
de tres mil euros mensuales
por manejar la excavadora.

La de los utópicos rebeldes
que cambiaron los libros, los estudios
por tener siempre llena la billetera.

De anarquistas que odian las multinacionales
y lo cuentan colgándolo en el Twitter
desde su móvil de última generación.

La de los guerrilleros engañados
con zanahorias en forma de coches
y casas en propiedad.

La de los trotamundos que adoran viajar,
conocer otras culturas,
y añoran los cruceros,
los daiquiris en playas del Caribe
y no poder volver a Nueva York.

La de los pacifistas
que organizan debates revolucionarios
los viernes por la noche
en la barra del bar.

Ciertamente se acerca una revolución
distinta a las habidas en la historia…
la definitiva.

Roberto Menéndez

martes, 1 de enero de 2013

Baphomet

Conxuro, villancico, cantar de gestación y manifiesto entre líneas

.

ADVERTENCIA A AQUÉL QUE QUIERA RECITAR ESTE CONJURO
(o siquiera escuchar cómo otro lo hace
pues las meras palabras
colocadas en un orden correcto
adquieren poderes impensables)
dos condiciones deben ser cumplidas:
primera,
haber entendido que el Mal no es más que una fábula creada para asustar a los niños que no duermen o duermen demasiado y
segunda,
haber despertado a la serpiente Kundalini mediante un beso in posteriore spine dorsi
(esto es, en el culo).

Ahora, bienvenidos.

·

¡Oh, Baphomet!
Somos tu báculo y tu hogar.
Haz caer sobre nosotros
los cuatro peligros
las tres plagas
las dos enfermedades
y el pecado.

I. Barbudos
Convocamos
—señor de los cuatro falos rezumantes—
ante tu imponente monolito
la fuerza para resistir todas las orgías que sacudan nuestros cuerpos
la voluntad para resistir esa fuerza
y el valor para forzar esa voluntad.
Somos
oh Baphomet
uno entre nosotros
y uno contigo.

Dame, pues, Rey de todos los infiernos, el poder
para follarme a Dios en su lecho de convaleciente, con el puño, por la oreja; para violar a Borges (y a todas sus esfinges) en el momento en que aparte “la vista”; para alcanzar un goce infinito copulando con el cadáver de Hitler (que en paz descanse) y con el inmarcesible tumor de Esperanza Aguirre (que Dios lo tenga en su Gloria);
concédenos
—¡oh, Baphomet!—
estupidez y penes y vaginas
¡andanadas de penes y vaginas!
tantos como quepan en nuestros febles cuerpos.

II. Biberones
¡Salchichas!, oh líder, ¡salchichas!,
que es como decir
¡cáspita!
o que un pez luna se ha perdido en la mar
como decir al anfitrión:
la cena ha sido —señor mío— como libar ambrosía en las tetas de Afrodita
al músico:
su violín me ha transportado a lomos del corcel de Febo
o a la amada:
si yo fuese Dios, querida, te probaría a la manera en que el parrillero prueba la entraña sanguinolenta, es decir: con los dientes
en fin
algo como para vomitar del gusto y luego
recoger el vómito a sorbitos de tan delicioso como ha salido
una delicia engolada
más dulce que Garcilaso
¡más que Luis Rosales!
que está pidiendo ser carbón
que está pidiendo
(oh gran Baphomet)
un generoso chorro de ácido sulfúrico.

III. Bereberes
Ha llegado el momento, dijo Sherezade y decimos nosotros, oh señor que todo lo posee, de que oigas la bárbara historia de El Camellero, El Djinn, El Mercader y los Tres Camellos.
Érase, en un tiempo en que el desierto aún era una meseta árida y estéril, y no el hermoso campo de oro negro que tú con tanto afán has construido, un camellero llamado Abú al-Bagdadi que conducía sus tres camellos a la rica ciudad de Medina. Como sabrás, ¡oh luz de todos los infiernos!, existían en aquella época los Djinn (pues aún había quien creyese en ellos), genios poderosísimos y malvados de los que se decía que, aun a pesar de estar sujetos a la voluntad de aquel que los hallase, siempre trataban de tergiversar los deseos de su “amo” para perjudicarlo.
Pues bien, Abú al-Bagdadi, con la ayuda de un poderoso hechicero del Oriente y tras el pago de varios cientos de dinares, había logrado encerrar un Djinn en la joroba de uno de los camellos, con tan mala suerte que éste se le había mezclado con otros dos ejemplares de su rebaño. Abú al-Bagdadi, consciente del peligro de libertar al genio, decidió ir a la ciudad de Medina, donde los hombres son avariciosos y poco temerosos de la ley de Dios, y aprovechar su situación: contaría su historia y, por dos mil dinares, dejaría elegir un camello al azar, sabiendo que cualquiera lo bastante insensato y avaricioso está dipuesto a pagar esa minucia a cambio del inmenso poder de un Djinn. Así ganaría entre dos y cuatro mil dinares en un solo día, si es que alguien elegía el camello correcto, o veinte mil más si vendía el camello encantado el último. Sin embargo, el camellero no poseía un gran sentido de la orientación y, por ahorrarse los 15 dinares diarios que cobra un guía, había acabado por perderse en el desierto. Tras dos semanas de marcha, habiendo consumido todos sus víveres, se hallaba ya al borde de la muerte por deshidratación, al igual que sus camellos. Por suerte para él, acabó por encontrar el camino. Sin embargo, no sabía a qué distancia se hallaba de la ciudad que lo haría rico, así que, desesperado, decidió sobreponerse a su miedo y acudir al Djinn. Pero tras probar los dos primeros camellos, y cuando ya iba a frotar la joroba del tercero, Dios le envió un rico mercader lujosamente vestido y con una escolta imponente que le salió al paso con una amplísima sonrisa.
Llegado este punto de la narración, amaneció y los e;bés, discretos, se callaron.
Cuando volvió a caer la noche, Baphomet, curioso, los invitó a seguir.
Así fue que el mercader, juzgando por los harapos del camellero y pensando que se hallaba ante un pobre idiota analfabeto, se detuvo.
-¡Oh, nobilísimo viajero, tristes ejemplares llevas contigo! No creo que lleguen con vida a la ciudad de Medina, que es el asentamiento más próximo.
Reuniendo la poca fuerza y saliva que aún pudo, el camellero respondió:
-¿Cuántas jornadas faltan para tal ciudad, oh rico mercader?
-Tres. No sobrevivirás. Sin embargo, a cambio de tus camellos, yo te ofrezco agua y comida para el camino que te falta.
-Aceptaría de buen grado, mercader, pero has de saber que uno de mis animales contiene un Djinn en su joroba y, como comprenderás, tres raciones de víveres son un triste precio por él.
Tras mucho cavilar, el mercader, por toda respuesta, ordenó a su escolta que matara al camellero antes de que pudiese invocar al Djinn y, acto seguido, liberó al genio, que cumplió todos sus deseos al pie de la letra (excepto algunos que encerraban en sí mismos paradojas y que, por lo tanto, difícilmente podía satisfacer, como el de: deseo que este deseo no me sea cumplido (aunque hay teorías que dicen que cada vez que se formula una petición de este tipo a un Djinn, la realidad se escinde y el deseo es cumplido y no a la vez)).
Y ésa ha sido la historia, oh gran Baphomet, de cómo Brahim al-Hassani, gracias a poseer una ambición mayor que la de su oponente y a no creer en estúpidas leyendas, consiguió incontables riquezas y además ahorró tres raciones de comida, incluso podemos decir que cinco, pues eran cinco las jornadas que realmente faltaban para llegar hasta la ciudad de Medina.

IV. Briblibliblí


V. Bárbaros
¡También concédenos
(si lo tienes a bien
gran macho cabrío)
la Fuerza de la Guerrra!
¡Danos martillos!
Romperemos las universidades.
¡Concédenos aviones!
Y serán nuestras todas las Polonias.
¡Otórganos —¡oh, Satanás, otórganosla!—
la bomba nuclear!
Y haremos para ti miles de Hiroshimas.
Penetraremos en los concilios de los sabios
y cercenaremos sus barbas
(con el debido respeto)
¡bombardearemos las tertulias de los poetas
y les impondremos los versos del silencio!
¡Heidegger era un lobo que nació en Minas Tirith!
¡Úntanos con la sangre de tus aliados!

VI. Be;bés
[Golpe de látigo. Baphomet se manifiesta y su voz es roja y negra.]
B. ¡Cómo habéis osado!
B. [Llorando] ¡Qué fácil es castigar
cuando las estrellas están al alcance de la mano
cuando se tiene el poder de los agujeros negros
la belleza del mejor cuarteto de Beethoven
la inteligencia del ajedrez
la frialdad de Alan Turing
la fuerza de Atlas
la sabiduría de Buda
y todo elevado un mol de googols de veces
hazte humano y baja aquí
con tus cuatro cabezas, si quieres
te mataremos cuatro veces si hace falta
y lucha cuerpo a cuerpo con nosotros
como buenos bárbaros
como payadores
o como gaiteros
al borde del acantilado.
B. Muy bien. Bajaré y os demostraré cómo llegué a ser lo que soy.
Fue gracias a mi Amor.
Fue gracias a mi Barriga.
Fue gracias a mis Monedas.
Fue gracias a mis Bostezos
Fue gracias a mi Sadismo
Fue gracias a mi Lanza
Fue gracias a mi...
[Entrechocar de aceros.
Versos insoportablemente perfectos.
Músicas vertiginosas.
Un profundo grito de dolor y de derrota...]

VII. Bastardos.
Ahora narraré
lo que yo (pobre juglar, pobre punto en el pobre vacío)
creo que los grandes
los excelsos e;bés
quieren decir
—o al menos lo poco que podemos comprender,
pues ellos han renunciado a la cáscara de la palabra para comerse la yema a bocados, y ahora escriben poesía con sus cuerpos
con sus noches y su sangre
sus vértebras y sus cuchillos—
y lo que quieren decir
—lo poco que podemos entender, insisto—
tras conjurar y someter al dios de las cuatro caras
ahora que ellos son el dios de las cuatro caras
en un mensaje de amor
—el jinete del silencio—
y de paz
—el jinete de la muerte—
y de igualdad
—la amante homosexual de la sabiduría—
es el siguiente:
Unocerocerouno
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Cerounounocero
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por lo que a nosotros respecta
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