Mi psicóloga me dice que se jubila
Y yo que tenía tantas cosas que decirle aún sobre mi madre
Sobre su alcoholismo, su cariño asfixiante, su elevada ausencia
De cómo en sexto de primaria se presentó en una asamblea
Y más o menos por las buenas le arrebató el micrófono al director
Con lengua torpe por la cerveza se dirigió a los padres, profesores y compañeros
Animándoles a celebrar y aplaudir los esfuerzos del sorprendido director
Yo quería morir
Y peleé por el honor de mi madre por lo menos siete veces
En las semanas siguientes
Mi psicóloga me comunica que se jubila
Que yo me quedaré huérfano con mis complejos
Me veré feo en el espejo
Inútil ante la tarea
Oleré rechazo en las palabras neutras
Me quedaré helado de pánico
En presencia de cualquier mujer
Libraré batallas entre mi orgullo y mi vergüenza
Donde a veces soy el genio malentendido
Y otras un gusano carroñero echando lo bueno a perder
Mi psicóloga me informa que se jubila
No escuchará más milongas sobre la ausencia del padre
Sobre crecer macho y perdido
Perdido en un bosque de apetitos sexuales
De poses, actitudes y conatos de ética
De piropos, chistes verdes y bromas pesadas
De hacer chapuzas y después ver el partido
Intenté convertir al marido de mi madre en padre
Después al vecino porrero, al profesor querido, al padre de mi novia
No resultó
Por fin, ayudado por una canción de John Lennon
Me convertí en mi propio padre
A base de gritos de angustia
Acepté mi solitaria hombría
Ahora yo me cuido yo me educo y yo me amo
Pero en mi psique sigue habiendo un hueco paternal
Mi psicóloga me advierte que se jubila
Ya no abrirá la ratonera de mi subconsciente
No compartiremos mis sueños
No habrá observaciones perspicaces
Sobre mis motivaciones secretas
No me mostrara la bondad de mi alma
Mi psicóloga es dulce y sabia pero los años pasan
Así que me anuncia que se jubila
Que esta será nuestra ultima cita
“Pero no te preocupes,” me dice
“Alguien cubrirá mi plaza.”
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