jueves, 29 de marzo de 2012

Naces, Voces y Mueres

En las pequeñas habitaciones escondidas/encendidas del mundo vibran en silencio los instrumentos. En silencio se llaman entre el desorden de trastos tirados. Caminos de ceniza que serpentean entre los templos de vidrio amueblados de cerveza tibia. Los cuerpos zombificados se levantan del pozo eterno de la resaca, alentados por la llamada muda que bombardea sus sienes.

Cuerpos destrozados, mentes enfermas, sólo quieren abandonar. Abandonar el nuestro mundo poco a poco, sin prisa, dejándose poseer por el cálido abrazo de ella: la Otra Dimensión. Allí, ajenos a Dios y sus malditos paraguas, pueden oir los lamentos y gritos de las risas esputadas entre arcadas de tonos semitonos graves que gimen vibratos y tosen trinos trémolos agudos ¡staccato!... Allí pueden oír las voces de aquellos que sólo existen aquí si son usados por las manos vivas de las mentes muertas. Entonces se vuelven tan insoportables los gritos, se acelera tanto la palpitación, desaparece la ilusión por nada, y los que caminan entre tú y yo toman conciencia de lo que realmente son: instrumentos.

Y sólo así se abrazan a las máquinas,
les hacen el amor,
las golpean con violencia,
pariendo una y otra vez
hasta el infinito
a la pequeña musa de la celebración.
Amacaballo Fat

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