viernes, 29 de abril de 2022

Maneras de morir

No le creas nada a mi mente diseñada por los medios

No creas que yo lo crea

Hay cicatrices que se cierran pero se destacan

Déjame verte

Qué milagro Margarita

Sólo mi ojo y tu nuca

Hay demasiadas formas de morir.


Carlos Fuentes

jueves, 28 de abril de 2022

A la mierda el conformismo

 A la mierda el conformismo:

Yo no quiero ser recuerdo

Quiero ser tu amor imposible,

Tu dolor no correspondido,

Tu musa más puta,

El nombre que escribas en todas las camas

Que no sean la mía,

Quien maldigas en tus insomnios

Quien ames con esa rabia que solo da el odio.


Yo no quiero

Que me digas que mueres por mí,

Quiero hacerte vivir de amor,

Sobre todo cuando llores,

Que es cuando más viva eres.


Yo no quiero

Que tu mundo se dé la vuelta

Cada vez que yo me marche,

Quiero que darte la espalda

Solo signifique libertad

Para tus instintos más primarios.


Yo no quiero

Quitarte las penas y condenarte,

Quiero ser la única

De la que dependa

Tu tristeza

Porque esa sería

La manera más egoísta y valiente

De cuidar de ti.


Yo no quiero hacerte daño,

Quiero llenar

Tu cuerpo de heridas

Para poder lamerte después,

Y que no te cures

Para que no te escueza.


Yo no quiero

Dejar huella en tu vida,

Quiero ser tu camino,

Quiero que te pierdas,

Que te salgas,

Que te rebeles,

Que vayas a contracorriente,

Que no me elijas,

Pero que siempre regreses a mí para encontrarte.


Yo no quiero prometerte,

Quiero darte

Sin compromisos ni pactos,

Ponerte en la palma de la mano

El deseo que caiga de tu boca

Sin espera,

Ser tu aquí y ahora.


Yo no quiero

Que me eches de menos,

Quiero que me pienses tanto

Que no sepas lo que es tenerme ausente.


Yo no quiero ser tuya

Ni que tú seas mía,

Quiero que pudiendo ser con cualquiera

Nos resulte más fácil ser con nosotras.


Yo no quiero

Quitarte el frío,

Quiero darte motivos para que cuando lo tengas

Pienses en mi cara

Y se te llene el pelo de flores.


Yo no quiero

Viernes por la noche,

Quiero llenarte la semana entera de domingos

Y que pienses que todos los días

Son fiesta

Y están de oferta para ti.


Yo no quiero

Tener que estar a tu lado

Para no faltarte,

Quiero que cuando creas que no tienes nada

Te dejes caer,

Y notes mis manos en tu espalda

Sujetando los precipicios que te acechen,

Y te pongas de pie sobre los míos

Para bailar de puntillas en el cementerio

Y reírnos juntas de la muerte.


Yo no quiero

Que me necesites,

Quiero que cuentes conmigo

Hasta el infinito

Y que el más allá

Una tu casa y la mía.


Yo no quiero

Hacerte feliz,

Quiero darte mis lágrimas

Cuando quieras llorar

Y hacerlo contigo,

Regalarte un espejo

Cuando pidas un motivo para sonreír,

Adelantarme al estallido de tus carcajadas

Cuando la risa invada tu pecho,

Invadirlo yo

Cuando la pena atore tus ojos.


Yo no quiero

Que no me tengas miedo,

Quiero amar a tus monstruos

Para conseguir que ninguno

Lleve mi nombre.


Yo no quiero

Que sueñes conmigo,

Quiero que me soples

Y me cumplas.


Yo no quiero hacerte el amor,

Quiero deshacerte el desamor.


Yo no quiero ser recuerdo,

Mi amor,

Quiero que me mires

Y adivines el futuro.


Elvira Sastre

miércoles, 27 de abril de 2022

Percibo lo secreto

 Percibo lo secreto, lo oculto:

¡Oh vosotros señores!

Así somos, somos mortales,

De cuatro en cuatro nosotros los hombres,

Todos habremos de irnos,

Todos habremos de morir en la tierra…


Nadie en jade,

Nadie en oro se convertirá:

En la tierra quedará guardado

Todos nos iremos

Allá, de igual modo.

Nadie quedará,

Conjuntamente habrá que perecer,

Nosotros iremos así a su casa.


Como una pintura

Nos iremos borrando.

Como una flor,

Nos iremos secando

Aquí sobre la tierra.

Como vestidura de plumaje de ave zacuán,

De la preciosa ave de cuello de hule,

Nos iremos acabando

Nos vamos a su casa.


Se acercó aquí

Hace giros la tristeza

De los que en su interior viven…

Meditadlo, señores,

Águilas y tigres,

Aunque fuerais de jade,

Aunque allá iréis,

Al lugar de los descarnados…

Tendremos que desaparecer

Nadie habrá de quedar.


Nezahualcóyotl

martes, 26 de abril de 2022

After such pleasures

 Esta noche, buscando tu boca en otra boca,

casi creyéndolo, porque así de ciego es este río

que me tira en mujer y me sumerge entre sus párpados,

qué tristeza nadar al fin hacia la orilla del sopor

sabiendo que el placer es ese esclavo innoble

que acepta las monedas falsas, las circula sonriendo.


Olvidada pureza, cómo quisiera rescatar

ese dolor de Buenos Aires, esa espera sin pausas ni

esperanza.

Solo en mi casa abierta sobre el puerto

otra vez empezar a quererte,

otra vez encontrarte en el café de la mañana

sin que tanta cosa irrenunciable

hubiera sucedido.

Y no tener que acordarme de este olvido que sube

para nada, para borrar del pizarrón tus muñequitos

y no dejarme más que una ventana sin estrellas.


Julio Cortázar

lunes, 25 de abril de 2022

Bailan las gitanas

 Bailan las gitanas,

míralas el rey;

la reina, con celos,

mándalas prender.


Por Pascua de Reyes

hicieron al rey

un baile gitano

Belica e Inés.

Turbada Belica,

cayó junto al rey,

y el rey la levanta

de puro cortés;

mas como es Belilla

de tan linda tez,

la reyna, celosa,

mándalas prender.


Miguel de Cervantes

viernes, 22 de abril de 2022

Adiós

 En costa lejana

y en mar de Pasión,

dijimos adioses

sin decir adiós.

Y no fue verdad

la alucinación.

Ni tú la creíste

ni la creo yo,

«y es cierto y no es cierto»

como en la canción.

Que yendo hacia el Sur

diciendo iba yo:

«Vamos hacia el mar

que devora al Sol».

Y yendo hacia el Norte

decía tu voz:

«Vamos a ver juntos

donde se hace el Sol».

Ni por juego digas

o exageración

que nos separaron

tierra y mar, que son

ella, sueño y el

alucinación.

No te digas solo

ni pida tu voz

albergue para uno

al albergador.

Echarás la sombra

que siempre se echó,

morderás la duna

con paso de dos…

Para que ninguno,

ni hombre ni dios,

nos llame partidos

como luna y sol;

para que ni roca

ni viento errador,

ni río con vado

ni árbol sombreador,

aprendan y digan

mentira o error

del Sur y del Norte,

del uno y del dos!


Gabriela Mistral

jueves, 21 de abril de 2022

En Que Da Moral Censura A Una Rosa, Y En Ella A Sus Semejantes

 Rosa divina que en gentil cultura

eres, con tu fragante sutileza,

magisterio purpúreo en la belleza,

enseñanza nevada a la hermosura.


Amago de la humana arquitectura,

ejemplo de la vana gentileza,

en cuyo ser unió naturaleza

la cuna alegre y triste sepultura.


¡Cuán altiva en tu pompa, presumida,

soberbia, el riesgo de morir desdeñas,

y luego desmayada y encogida


de tu caduco ser das mustias señas,

con que con docta muerte y necia vida,

viviendo engañas y muriendo enseñas!



Sor Juana Inés de la Cruz

miércoles, 20 de abril de 2022

Estoy Cansado

 Estar cansado tiene plumas,

tiene plumas graciosas como un loro,

plumas que desde luego nunca vuelan,

mas balbucean igual que loro.

Estoy cansado de las casas,

prontamente en ruinas sin un gesto;

estoy cansado de las cosas,

con un latir de seda vueltas luego de espaldas.

Estoy cansado de estar vivo,

aunque más cansado sería el estar muerto;

estoy cansado del estar cansado

entre plumas ligeras sagazmente,

plumas del loro aquel tan familiar o triste,

el loro aquel del siempre estar cansado.


Luís Cernuda

martes, 19 de abril de 2022

Alhambra

 Grata la voz del agua

a quien abrumaron negras arenas,

grato a la mano cóncava

el mármol circular de la columna,

gratos los finos laberintos del agua

entre los limoneros,

grata la música del zéjel,

grato el amor y grata la plegaria

dirigida a un Dios que está solo,

grato el jazmín.

Vano el alfanje

ante las largas lanzas de los muchos,

vano ser el mejor.

Grato sentir o presentir, rey doliente,

que tus dulzuras son adioses,

que te será negada la llave,

que la cruz del infiel borrará la luna,

que la tarde que miras es la última.


Jorge Luís Borges

lunes, 18 de abril de 2022

Resurrecciones

 Algo se muere en mi todos los días;

la hora que se aleja me arrebata,

del tiempo en insonora catarata,

salud, amor, ensueños y alegrías.


Al evocar las ilusiones mías, Pienso:

«¡yo, no soy yo!» ¿por qué, insensata,

la misma vida con su soplo mata

mi antiguo ser, tras lentas agonías?


Soy un extraño ante mis propios ojos,

un nuevo soñador, un peregrino

que ayer pisaba flores y hoy… abrojos.


Y en todo instante, es tal mi desconcierto,

que, ante mi muerte próxima, imagino

que muchas veces en la vida… he muerto.


Julio Florez

viernes, 15 de abril de 2022

A Trasideo de Tebas

 Musa, si conviniste en ofrecer, a cambio de paga,

tu voz, obediente a la plata, a ti te corresponde hacerla tremolar aquí y allá

en honor de Pitónico,

el padre, o de su hijo Trasideo,

cuya felicidad y fama están flameantes.

Hermosa fue su victoria de antaño con el carro

y en Olimpia conquistaron con sus caballos

el rayo veloz de los célebres juegos;

mientras que en Pito, al bajar a la arena para la carrera ligera,

fueron superiores a la helénica concurrencia

por su rapidez. Que no ambicione yo mas bienes que los divinos,

con aspiraciones adecuadas a la edad,

pues cuando me encuentro con que en una ciudad

los de enmedio poseen flor de prosperidad más duradera,

censuro el destino de las tiranías.

Dedicado estoy a los logros compartidos: fuera los envidiosos.


Mas cuando uno alcanza la cima

y con pacífica conducta escapa

de la funesta desmesura, puede hacer mas bella travesía hasta el límite

de la negra muerte si a su gratísima descendencia

ha proporcionada renombrada gloria, mas poderosa que todas las riquezas.

Tal don es el que distingue al hijo de Ificles,

Yolao, el que himnos dedicamos, y al fuerte Cástor,

y a ti, soberano Polideuces, hijos de dioses,

que un día habitáis en la sede de Terapna

y al otro dentro del Olimpo.


A Aristóclides, vencedor en el pancracio


Si bello de cuerpo y con una conducta que no desdice de su hermosura

el hijo de Aristófanes ha alcanzado la cima de su virilidad,

ya no es fácil seguir surcando el mar inaccesible

más allá de las columnas de Heracles,

héroe dios, dispuso como gloriosos testigos

del límite de la navegación, sometió éste en el mar a descomunales

monstruos de la navegación, sometió éste en el mar a descomunales

monstruos y por propio impulsa exploró de las marismas

las corrientes, por donde llegó hasta el punto final que le condujo de

regreso

y descubrió aquella tierra. Corazón mío, ¿hacia que ajeno

promontorio desvías mi navegación ?

Te pido que lleves la Musa a Eaco y su raza.

Con mis palabras se compadece lo mas sublime de la justicia elogiar al

valeroso....

Del rubio Aquiles, ya de niño, cuando en casa de Fílira

vivía, grandes hazañas eran los juegos: muchas veces

con sus manos lanzaba, veloz como el viento, la jabalina de breve hierro,

en su lucha a leones salvajes la muerte causaba

y a los jabalís aniquilaba;

hasta los pies del Crónida Centauro

llevaba los cuerpos agonizantes,

a los seis años por vez primera y en todo el tiempo postrero...


Píndaro

jueves, 14 de abril de 2022

La Lira

 Quiero ensalzar cantando a los Atridas, 

quiero cantar a Cadmo, 

mas de mi lira los sonoros nervios 

tan sólo amores dicen. 


Otra lira pulsar en otro tono 

quise, con nuevas cuerdas 

y al pretender cantar al fuerte Heracles, 

tan sólo amores respondió mi lira. 


Héroes, dejad de enardecer mi mente, 

porque mi lira, sólo amores canta. 


Anacreonte

miércoles, 13 de abril de 2022

Ebro

 El más hermoso de los ríos, Ebro,

que desembocas junto a Eno en el mar púrpura,

después de haber rugido por las tierras de Tracia,

rica en caballos.

Muchas doncellas llegan hasta ti

y por sus suaves muslos, con manos delicadas

se embelesan pasando como un bálsamo

tu agua de dioses.


Alceo de Mitilene

martes, 12 de abril de 2022

Poema de amor

 Igual parece a los eternos Dioses.


Quien logra verse frente a Ti sentado:

¡Feliz si Goza tu Palabra Suave,

Suave tu risa!

A mí en el pecho el Corazón se oprime.

Sólo en mirarte: ni la voz acierta

De mi garganta a prorrumpir; y rota

Calla la lengua

Fuego Sutil dentro de mi cuerpo todo

Presto discurre: los inciertos ojos

Vagan sin Rumbo, los oídos hacen

Ronco Zumbido

Cúbrome toda de Sudor helado:

Pálida quedo cual marchita hierba

y ya sin Fuerzas, sin Aliento, Inerte

Parezco muerta.

Safo de Lesbos


lunes, 11 de abril de 2022

Poema XLIII

 Salve, ni de mínima nariz muchacha,

ni de bonito pie, ni de negros ojillos,

ni de largos dedos, ni de boca seca,

ni, claro es, de demasiado elegante lengua,

del derrochador formiano la amiga,

¿que tú, la provincia narra, eres bonita?

¿Contigo la Lesbia nuestra se compara?

Oh siglo sin gusto y desagraciado.


Catulo

viernes, 8 de abril de 2022

Voces para una nota sin paz

 Para Julia de Burgos por Julia de Burgos

Será presente en ti tu manantial.

Estarás en las ramas del universo entero.

Déjame que te cante como cuando eras mía

en la llovizna fresca del primer aguacero.


Tu mano en semi-luna, en semi-sol y en todo

se refugiaba núbil, sobre la mano mía.

Porque yo te cuidaba, hermanita silvestre

y sabes que lloraba en tus claras mejillas.


Será presente en ti tu manantial sin sombras.

Estarás en las ramas del universo entero.

Pero ¿dónde dejaste tu paz? « En cada herida»

me contestan tus ojos anegados por dentro.


Déjame que te cante como cuando eras mía,

hermanita silvestre, como cuando trepamos

el astro que salía a dormir soledades

entre nuestras pupilas destiladas de amor.


Déjame que te cante como cuando eras mía,

y era paz el silencio de mi profunda ola,

y era paz la distancia de tu nombre y mi nombre

y era paz el sollozo de la muerte que espera.


Será presente en ti tu manantial sin sombras...

Estarás en las ramas del universo mío

y todas las estrellas se bajarán cantando

la canción del espacio refugiada en un río.


Julia de Burgos

jueves, 7 de abril de 2022

Isla famosa

 


Aquí estoy, solo estoy, despedazado.

Ruge el cielo: las nubes se aglomeran,

Y aprietan, y ennegrecen, y desgajan:

Los vapores del mar la roca ciñen:

Sacra angustia y horror mis ojos comen:

A qué, Naturaleza embravecida,

A qué la estéril soledad en torno

¿De quién de ansia de amor rebosa y muere?

¿Dónde, Cristo sin cruz, los ojos pones?

¿Dónde, oh sombra enemiga, dónde el ara

Digna por fin de recibir mi frente?

¿En pro de quién derramaré mi vida?


?Rasgóse el velo; por un tajo ameno

De claro azul, como en sus lienzos abre

Entre mazos de sombra Díaz famoso,

El hombre triste de la roca mira

En lindo campo tropical, galanes

Blancos, y Venus negras, de unas flores

Fétidas y fangosas coronados:

¡Danzando van: a cada giro nuevo

Bajo los muelles pies la tierra cede!

Y cuando en ancho beso los gastados

Labios sin lustre ya, trémulos juntan,

Sáltanles de los labios agoreras

Aves tintas en hiel, aves de muerte.


José Martí

miércoles, 6 de abril de 2022

La madre triste

 Duerme, duerme, dueño mío,

sin zozobra, sin temor,

aunque no se duerma mi alma,

aunque no descanse yo.


Duerme, duerme y en la noche

seas tú menos rumor

que la hoja de la hierba,

que la seda del vellón.


Duerma en ti la carne mía,

mi zozobra, mi temblor.

En ti ciérrense mis ojos:

¡duerma en ti mi corazón!


Gabriela Mistral

martes, 5 de abril de 2022

La luna y la rosa

 


En el silencio estrellado

la Luna daba a la rosa

y el aroma de la noche

le henchía ?sedienta boca?

el paladar del espíritu,

que adurmiendo su congoja

se abría al cielo nocturno

de Dios y su Madre toda...

Toda cabellos tranquilos,

la Luna, tranquila y sola,

acariciaba a la Tierra

con sus cabellos de rosa

silvestre, blanca, escondida...

La Tierra, desde sus rocas,

exhalaba sus entrañas

fundidas de amor, su aroma...

Entre las zarzas, su nido,

era otra luna la rosa,

toda cabellos cuajados

en la cuna, su corola;

las cabelleras mejidas

de la Luna y de la rosa

y en el crisol de la noche

fundidas en una sola...

En el silencio estrellado

la Luna daba a la rosa

mientras la rosa se daba

a la Luna, quieta y sola.


Miguel de Unamuno

lunes, 4 de abril de 2022

La luna

 La luna se puede tomar a cucharadas

o como una cápsula cada dos horas.

Es buena como hipnótico y sedante

y también alivia

a los que se han intoxicado de filosofía.

Un pedazo de luna en el bolsillo

es mejor amuleto que la pata de conejo:

sirve para encontrar a quien se ama,

para ser rico sin que lo sepa nadie

y para alejar a los médicos y las clínicas.

Se puede dar de postre a los niños

cuando no se han dormido,

y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos

ayudan a bien morir.


Pon una hoja tierna de la luna

debajo de tu almohada

y mirarás lo que quieras ver.

Lleva siempre un frasquito del aire de la luna

para cuando te ahogues,

y dale la llave de la luna

a los presos y a los desencantados.

Para los condenados a muerte

y para los condenados a vida

no hay mejor estimulante que la luna

en dosis precisas y controladas.


Jaime Sabines

viernes, 1 de abril de 2022

Menstruation at Forty

 I was thinking of a son.

The womb is not a clock

nor a bell tolling,

but in the eleventh month of its life

I feel the November

of the body as well as of the calendar.

In two days it will be my birthday

and as always the earth is done with its harvest.   

This time I hunt for death,

the night I lean toward,

the night I want.   

Well then—

speak of it!

It was in the womb all along.


I was thinking of a son ...   

You! The never acquired,

the never seeded or unfastened,   

you of the genitals I feared,

the stalk and the puppy’s breath.

Will I give you my eyes or his?

Will you be the David or the Susan?

(Those two names I picked and listened for.)

Can you be the man your fathers are—

the leg muscles from Michelangelo,

hands from Yugoslavia

somewhere the peasant, Slavic and determined,   

somewhere the survivor bulging with life—

and could it still be possible,   

all this with Susan’s eyes?


All this without you—   

two days gone in blood.

I myself will die without baptism,

a third daughter they didn’t bother.   

My death will come on my name day.   

What’s wrong with the name day?   

It’s only an angel of the sun.

Woman,

weaving a web over your own,

a thin and tangled poison.

Scorpio,

bad spider—

die!


My death from the wrists,

two name tags,

blood worn like a corsage

to bloom

one on the left and one on the right—

It’s a warm room,

the place of the blood.

Leave the door open on its hinges!


Two days for your death   

and two days until mine.


Love! That red disease—

year after year, David, you would make me wild!

David! Susan! David! David!

full and disheveled, hissing into the night,

never growing old,

waiting always for you on the porch ...   

year after year,

my carrot, my cabbage,

I would have possessed you before all women,

calling your name,

calling you mine.

Anne Sexton