sábado, 1 de septiembre de 2012

Me duermo estando despierta

     Me duermo estando despierta

     Me han contado que los versos malos son los que te hacen ser poeta. El viento fresquito de primavera es el que te hace moquear. ¡Y qué le voy a hacer si soy tan susceptible como una letra de tinta! Cuando me duermo estando despierta sueño la realidad, asustada como un pequeño gorrión rodeado de niños curiosos con las manos pegajosas y sucias. Soy de ciudad, nunca conocí muchos tipos de pájaros. Ni de árboles. Más adelante los que llevan gafotas, pajaritas y corbatas chillonas relatarán poéticas de la suciedad y los berretes del suelo de los vagones. ¡Y qué le voy a hacer si soy tan influenciable como una buena palabra!

     No me interrumpas con tus alardes, Mezquino, ya sé que se me olvidaron los pañuelos de papel en casa (o Kleenex, pero no cobro la publicidad). Ya sé que estamos en primavera. Ya sé que las pequeñas ruedecitas no van a dejar que me duerma. No voy a redundar.

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