miércoles, 28 de enero de 2015

Desmayarse, atreverse, estar furioso

Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;

no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;

huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor süave,
olvidar el provecho, amar el daño;

creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor, quien lo probó lo sabe.


Lope de Vega 

martes, 27 de enero de 2015

Y chau Buenos Aires

Ayer no pude subir al avión.
Me dijeron que era
porque no había un sitio libre.
Esta mañana supe que fue porque no llovía.
Decía Borges que al destino
le agradan las simetrías y las leves variaciones.
A todos nos tranquilizan las simetrías,
el suave beso rutinario en los labios.
Ayer no llovía.
Hoy sí llueve,
igual que aquel macilento amanecer porteño
(hace nada
                        hace ya tanto)
en que Buenos Aires me recibía
con un beso húmedo en los labios,
ya candente aun sin conocerme
(luego me demostraría su amor
de brazos pausados,
sin el ímpetu sangrante
de ese primer beso anhelado,
pero entonces aún faltaba tiempo para eso)

Ahora este avión me aleja
desbocado entre infinitas láminas
de aire
y yo no puedo dejar de preguntarme,
con ese incómodo sentimiento previo a la nostalgia
que se infla en las costillas,
cuándo volveré a poseer Buenos Aires
como si en verdad fuese mía,
cuándo volveré a perderme
entre los floridos pechos de Palermo
o en las ingles susurradas de San Telmo;
pues la única certeza que tengo en este instante
es que no partí ayer

porque era de noche y sin embargo no llovía.


19/1/2015



Luis Fuente

lunes, 26 de enero de 2015

Su piel sin poros


Echo de menos el sexo.
Todos sus aspectos.
Todos mis respetos.
La perversión es la comprensión.
Meter la cara en la vagina
con la boca llena de aspirina
y un dedo desconocido
en el culo.
Y diez minutos después
sentarte en un taxi como si nada,
las piernas cruzadas, las manos en el regazo.
Y sin embargo el prefecto candado
de nuestros cuellos, y su legua
en mi nuca y el constante
calor de su piel sin poros
jamás podrán revivir.

Carlos Fuentes

jueves, 22 de enero de 2015

AUREOLA

Díganle al señor de la guerra,
Que moriré allí donde nací; en la tierra,
Tierra que antaño bebió de mis lágrimas,
Flor que se erguirá de entre mis cenizas
En este mundo donde el genio
sólo es comprendido por el genio,
en este ciclo eterno ,como eterno es el último sueño
pero por el momento:
Hola bola de fuego aureola
Hola bola de fuego;
AUREOLA.


Rafael Lechowski

miércoles, 21 de enero de 2015

Poema 49

 A Cicerón


¡Oh, el más elocuente de los nietos de Rómulo,
cuantos existen hoy, cuantos existieron, Marco
Tulio, y cuantos existirán en venideros años!,
te da las más expresivas gracias Catulo que es
el peor de todos los poetas en la misma medida
Que tú eres el mejor de todos los abogados.


Catulo

martes, 20 de enero de 2015

Tiempo muerto

Ha sido un día raro. Estás tumbada
junto a mí.
                     Casi puedo escuchar la marea
de la sangre en tu piel
y el deseo que llena tus manos de leones.
Luego, apagas la luz.
                                           La noche salta
como un pez de tu corazón al mío.

Y sin embargo hay algo.
                                                   En realidad
no sé qué es.
                          Pero aquí está.
                                                          Es extraño:
de repente, me digo: -Cada hombre
lleva una pala para cavar su propio Infierno.


Me pregunto qué he visto,
                                                     dónde estaba,
la razón; imagino
la tarde entera: el bar cerca de la autopista,
la ciudad
debajo de la lluvia igual que un barco hundido;
y algo que yo te dije
y algo que tú dijiste: -Si no sabes
por qué lo has hecho, nunca sabrás por qué ha pasado.


Pero no veo nada,
                                      ningún dato,
ninguna relación con el Infierno.
                                                                     Entonces
miro adelante, busco
las palabras que tienen lo que quiero decir.
Y ahí tampoco hay nada:
Hay la azotea roja;
hay el gato que atrapa un pájaro y devora lentamente mis oj0s.

Tú sigues a mi lado.
Tu corazón golpea dentro de la mujer
dormida, igual que un perro ladrándole a las tumbas.
Me pregunto,
después de tantas cosas,
                                                   cuando cada hora quema
su selva entre mis manos,
                                                      me pregunto
qué es lo que sé de ti;
si tal vez, como dice Marianne  Moore, lo importante
de lo que vemos es lo que no vemos.

Y no encuentro respuestas.
                                                         Ni caminos
por qué volver.
                                 Enciendo
una luz,
                 abro el libro,
                                            cierro el balcón.
La noche
se reúne a sí misma, se marcha de nosotros
con su cielo vacío,
con su dios que se lleva
algo de nuestras vidas a su ciudad deshecha.

Abro el libro
mientras que en el tejado se mueve la serpiente
azul del agua
                            y sigues
                                              junto a mí
y por tu corazón se alejan los tambores
y escribo la palabra árbol y en ese árbol
crece
             tranquilamente
la palabra naranja.



Benjamín Prado

domingo, 18 de enero de 2015

El ángel protector


Tú eres el ave cuyas alas vi
al despertar llamando en plena noche,
sólo con mi braceo, pues tu nombre
es un abismo de mil noches de hondo.
Tú eras la sombra en que dormía en calma,
todo sueño levanta en mi tu germen:
tú eras imagen, pero yo soy marco
que te completa en fúlgido relieve:

¿Cómo nombrarte? Mira arder mis labios.
Tú eres principio que se vierte inmenso:
yo soy el lento y temeroso «Amén»,
que, tímido, concluye tu belleza.

Del reposo a menudo me sacaste,
cuando me era el dormir como un sepulcro,
como perderse y escapar; entonces
me alzaste de las sombras de mi pecho
queriendo alzarme encima de las torres
como pendón bermejo o colgadura.

Tú que hablas del milagro como ciencia
y de los hombres como melodías
y de las rosas, de esos resultados
que se cumplen con fuego en tu mirada;
tú, feliz, ¿cuándo nombras una vez
al que en su día séptimo y final
dejó siempre perdido su fulgor
en tu aleteo?
¿Mandas que pregunte?


Rainer Maria Rilke

viernes, 16 de enero de 2015

Azul no

Ella me llamó desde lejos,
"nunca podía discutir contigo",
me dijo,
"siempre te ibas.
mi esposo no es así,
se me pega como cola-loca.
y me golpea".

"nunca creí en las discusiones",
dije, "no hay nada que discutir".

"estás equivocado", dijo ella, "deberías
tratar de comunicarte".

"comunicar es una palabra abusada, como
amor", le dije.

"¿pero no creés que dos personas pueden
amar?", preguntó.

"no si tratan de comunicarse",
le contesté.

"estás hablando como un cabrón",
dijo ella.

"estamos discutiendo",
dije.

"no", dijo ella, "estamos tratando de
comunicarnos".

"me tengo que ir", dije.
colgué y descolgué el teléfono.
me quedé mirándolo.

lo que ellas no entendían era que
a veces no hay nada que salvar
excepto la reivindicación personal del
propio punto de vista
y que eso era lo que iba a causar
ese flash blanco y cegador
uno de estos días.

Charles Bukowski

miércoles, 14 de enero de 2015

Te dimos demasiada importancia...



Te dimos demasiada importancia:
el rey de los pasquines en que hacías tus consagraciones
y consagrabas tus desprecios
es de heterogénea y olvidable lectura.
Después de ser la rumia, la rutina "de los caballeros que pastan
                                                                                          en las praderas chilenas"
y el diccionario de los apenados
que compran trabajo a cualquier precio...
se vende por kilos en las carnicerías.


Enrique Lihn

sábado, 10 de enero de 2015

Sucio, mal vestido


En el camino de los perros mi alma encontró
a mi corazón. Destrozado, pero vivo,
sucio, mal vestido y lleno de amor.
En el camino de los perros, allí donde no quiere ir nadie.
Un camino que sólo recorren los poetas
cuando ya no les queda nada por hacer.
¡Pero yo tenía tantas cosas que hacer todavía!
Y sin embargo allí estaba: haciéndome matar
por las hormigas rojas y también
por las hormigas negras, recorriendo las aldeas
vacías: el espanto que se elevaba
hasta tocar las estrellas.
Un chileno educado en México lo puede soportar todo,
pensaba, pero no era verdad.
Por las noches mi corazón lloraba. El río del ser, decían
unos labios afiebrados que luego descubrí eran los míos,
el río del ser, el río del ser, el éxtasis
que se pliega en la ribera de estas aldeas abandonadas.
Sumulistas y teólogos, adivinadores
y salteadores de caminos emergieron
como realidades acuáticas en medio de una realidad metálica.
Sólo la fiebre y la poesía provocan visiones.
Sólo el amor y la memoria.
No estos caminos ni estas llanuras.
No estos laberintos.
Hasta que por fin mi alma encontró a mi corazón.
Estaba enfermo, es cierto, pero estaba vivo.

Roberto Bolaño

jueves, 8 de enero de 2015

Aceptación

Saliste a la terraza
pensando que la brisa de la noche
podría devolverte al que eres siempre.
Mas la tibieza que en tu cuarto había
era un ámbito ,allí, bajo la calma
de alejadas estrellas.
Olvidar pretendías unas horas
todavía recientes, la penumbra
que acercaba el latido de los dos,
y tus palabras qué serenas eran
como si a nadie las dijeses. Viste
la emoción de su rostro, su contorno
quemarse de belleza;
y esas mismas palabras te llenaban
de dolor y de sombra.
De nada te sirvió, cuando quedaste
solo, cegar la luz,
hacer brotar desde un rincón la música,
fortalecer tu fe con su joven pureza.
Sobre tu frente se rompían olas
gigantes: el calor
detenido del día,
el naufragio de un hombre que entregaba
la pasión de su vida en el espectro
doliente de la música (aún
como si la esperanza le alentase),
y te ardía el espíritu
porque sentías declinar tu vida.
Para ser el que fuiste
sales a la terraza, para ver
si un frío súbito derriba pronto
la plenitud del corazón. Tocas
el aire oscuro con los labios, oyes
los gritos fatigados de la calle,
la luminosa altura te estremece.
El tiempo va pasando, no retorna
nada de lo vivido;
el dolor, la alegría, se confunden
con la débil memoria,
después en el olvido son cegados.
y al dolor agradeces
que se desborde de tu frágil pecho
la firme aceptación de la existencia.


Francisco Brines

miércoles, 7 de enero de 2015

Cuestión bizantina


La playa ¿es orilla
de la mar o de la tierra?
Conseja bizantina.
La orilla del bosque
¿es su límite o del llano borde?
¿Qué frontera separa
lo tuyo de lo mío?
¿Quién acota la vida?
¿Vives hoy o mañana?
Raíz, tallo, flor y fruto
¿dónde empiezan y acaban?
El mantillo
¿es orillo
del ramaje muerto,
del renuevo
o del retorcido
helecho nuevo?
Cuestión bizantina.
Importa la orilla,
dormir limpio en ella.
(No somos tú y yo,
sino el hilo impalpable
que va de tu presencia
a la mía.)
Límites y fronteras
se agostarán un día.
Sin orillo ni orilla
¿qué más da de quién sean
los cachones, la arena?
La playa es orilla
de la mar y de la tierra,
nunca frontera:
Nada separa,
Nada se para.
Palabra.


Max Aub

martes, 6 de enero de 2015

Diario de un seductor



No es tu sexo lo que en tu sexo busco
sino ensuciar tu alma:
                                      desflorar
con todo el barro de la vida
lo que aún no ha vivido.


Leopoldo María Panero

lunes, 5 de enero de 2015

Los espejos

¿Y si una mujer es demasiado fina
como para escoger y escoger: pasar
de puesto en puesto, con un vigor
de verdulera, toquetear las peras
y ver engaño en la frescura de los huevos?
           ¿Empezar el día escogiendo?
Correr todo el mercado, a publicar
su pasión vestal, a echar el pregón
del tributo de buen orden y cualidades
que ella quiere obtener de cada día...
           Mejor la que es leal y oculta.
Hace tiempo que escogió, y tiene confianza.
Las agencias suaves y discretas
por ahora no han fallado. Su puerta
va abriéndose, y todo acude puntualmente.
           ¿Y qué, si tiene horas de duda?
(Quizá va pagando mucho por lo que vale menos,
quizá las demás encuentran por la calle
cosas que saben apreciar, y no hablan de eso
cuando están con ella, dentro de sus cuartos.)
           Que no la rodeen cosas turbias.
Que en todos nosotros, espejos donde se mira
cuando sopesa la prueba del acierto
con que ella ha escogido a los suyos para siempre,
vuelva a hallar, siempre nítida, una imagen.
           Mostrémosle, nuestro y asumido,
lo que escogió: el alto honor de los suyos.

Gabriel Ferrater

domingo, 4 de enero de 2015

Noche


Clamo a tu vientre lívido de viento,
al corazón estrecho de tus gallos,
a sus látigos rojos, a los rayos
que acribillan tu hueco firmamento.

Busco la arista del desdoblamiento,
hurtarme fruto a mis normales tallos,
libertarme en tus ácidos caballos
y un ungir tus torres de mi advenimiento.

Si llegaras conmigo a la ondulada
alta loma del ser, donde se muta
la sangre viva en el símbolo de hielo...

Mas quién podrá parar la madrugada
alzando ya la concha de su ruta
sus rapaces de luz sobre tu vuelo.


Carlos Barral