lunes, 21 de marzo de 2022

El poema

 Y ahora, aquí está frente a mí.       

Tantas luchas que ha costado,

tantos afanes en vela,

tantos bordes de fracaso

junto a este esplendor sereno        

ya son nada, se olvidaron.

Él queda, y en él, el mundo,

la rosa, la piedra, el pájaro,

aquéllos, los del principio,

de este final asombrados.              

¡Tan claros que se veían,

y aún se podía aclararlos!

Están mejor; una luz

que el sol no sabe, unos rayos

los iluminan, sin noche,                 

para siempre revelados.

Las claridades de ahora

lucen más que las de mayo.

Si allí estaban, ahora aquí;

a más transparencia alzados.       

¡Qué naturales parecen,

qué sencillo el gran milagro!

En esta luz del poema,

todo,

desde el más nocturno beso          

al cenital esplendor,

todo está mucho más claro. 


Pedro Salinas

          

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