lunes, 26 de enero de 2015

Su piel sin poros


Echo de menos el sexo.
Todos sus aspectos.
Todos mis respetos.
La perversión es la comprensión.
Meter la cara en la vagina
con la boca llena de aspirina
y un dedo desconocido
en el culo.
Y diez minutos después
sentarte en un taxi como si nada,
las piernas cruzadas, las manos en el regazo.
Y sin embargo el prefecto candado
de nuestros cuellos, y su legua
en mi nuca y el constante
calor de su piel sin poros
jamás podrán revivir.

Carlos Fuentes

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