lunes, 30 de septiembre de 2013

El amor

Era domingo y yo dibujaba peonzas. Iratxe me dejó. El amor
es un ave sin nido que pone huevos en el aire. El amor
es un sapo que luce joyas de circonio. El amor.

El amor.

Ella era un cruce de fagot y tiburón tigre. Yo quería amputarme
en sus colmillos musicales. El amor es un baile a punta
de pistola. El amor es un juguete de pólvora. El amor.

El amor.

Ella robó el manual de naranjerías. Yo me quedé sin nada. El amor
es el brillo de astracán que oculta al cordero asesinado. El amor
es un mapa que señala al desoriente. El amor.

El amor.

Ella nació de la cópula de los tréboles con la escarcha. Yo era
un hijo corrupto de los cardos. El amor no sabe del fuego
ni la rueda. El amor es un cuervo blanco. El amor.

El amor.

Era domingo y yo dibujaba peonzas. Me dejó
y no quiero olvidarla.


El amor.

domingo, 29 de septiembre de 2013

ático

llueve
   y qué importa si llueve esta noche,
          si estamos a salvo bajo tu sonrisa 
                 mucho más amplia que todos los paraguas

                permanecemos de pie, sin movernos
                          la voz fluye  el alcohol fluye  la vida 
                     es del color de un peligro conocido
      
         hablas a borbotones con los ojos y te creo
                   me confieso celosa de la comida que engulles
                                y ya basta, escribir esto es permanecer,
                        saberse desnuda a la espera de algo
                              -de alguien-

      llueve
           y qué importa si llueve esta noche,
    si estoy a salvo bajo tu ignorancia 

                 que moja en silencio mis pupilas enormes
Gema Palacios

sábado, 28 de septiembre de 2013

(Mientras por competir con tu cabello)

            Mientras por competir con tu cabello,
oro bruñido, el Sol relumbra en vano,
mientras con menosprecio en medio el llano
mira tu blanca frente el lilio bello;
            mientras a cada labio, por cogello,
siguen más ojos que al clavel temprano,
y mientras triunfa con desdén lozano
de el luciente cristal tu gentil cuello;
            goza cuello, cabello, labio y frente,
antes que lo que fue en tu edad dorada
oro, lilio, clavel, cristal luciente,
            no sólo en plata o víola troncada
se vuelva, mas tú y ello juntamente

en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.
Luis de Góngora

viernes, 27 de septiembre de 2013

Palabras incorrectas

Si tiro la pelota,
la perra la trae
y la puedo tirar otra vez,
mientras intento no pensar en nada,
porque el silencio está demasiado alto.

tiro la pelota.
                       la trae.

las palabras han vuelto a atravesar el pecho
y tu ausencia vuelve,
más dolorosa que nunca.

una palabra
desbordaría el corazón,
colmando la garganta.

no queremos ver lágrimas,
hoy no,
no son correctas,

es mejor
tomarse algo
de lo recomendado,
en estos casos,
por los especialistas
y encerrarse en la habitación.

ya ni la ducha
puede paliar
el peso
de la culpa.

la idea recurrente de volar,
como kilos de plomo,
hace que tema esa puerta cerrada
y cualquier ventana
abierta.

tiro la pelota
                       y vuelve,
la tiro
y ella
                       la trae.

hemos salpicado las paredes de tristeza
tantas veces,
que ya no se puede distinguir
el color original,
pero tuvieron
que ser
blancas,
como la luz, como fue
todo,
en un principio
o eso parece,
en tantas fotos.

me vacío de mierda
cada vez que abro la boca,
porque no puedo más
y muere una persona buena,

lo peor
es que siempre
eres tú,
la única que me vio caer,
tantas veces.

tiro la pelota
                       y la trae.

seguramente,
los especialistas,
me prescribieran
palabras
para ti
...
les pueden dar a todos por el culo,
ahora prefiero
el silencio.

no soy capaz
de pensar en nada
y el puto mechero no enciende
y no quiero
desatar lágrimas,  joder,
hoy no,

no son correctas.

tiro la pelota
                       y vuelve
-ahora
sólo quiero
escribir-
tiro la pelota
                       y la trae,
tiro mi vida entera,
tiro mi ropa, mis ojos, las razones
                                    y ella lo trae.

es una suerte
que aún suenen los cepillos
contra el suelo,
que te oiga caminar,
que cierren, aunque mal, los cajones
y se vuelvan a abrir,
que quede algo de desodorante,
y suba esa maldita cremallera,
que encuentres las llaves,
que dejes todo hecho una mierda
y que
tarde o temprano
                       vuelvas.


es
el mejor regalo
que
las cuchillas
estén
viejas.
Kiko Moras

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Todos los caminos conducen al capitalismo

"Lanzaros a los caminos"
André Bretón

Cuando salga en la tele la enésima campaña electoral
y de nuevo sintáis que todos prometen lo mismo.

Cuando el Gobierno después de las elecciones
olvide su programa, se suba el sueldo, desvirtúen 
todas las Iniciativas Legislativas Populares 
y no sepan no contesten ante la pregunta
¿referendum?

Lanzaros a los caminos.

Cuando a miles de vosotrxs la próxima semana
os manden al paro porque sus empresas
no arrojan grandes beneficios.

Cuando vuestros sindicatos clamen al cielo,
hagan su desfile, pacten a costa vuestra,
desconvoquen la huelga y llamen a la calma
para que el estado mejore 
la subvención de su burocracia.

Lanzaros a los caminos.

Cuando os desahucien de vuestras casas,
embarguen vuestros coches, 
expropien vuestros barrios, 
arruinen vuestros huertos.

Cuando supriman vuestras ayudas, 
incrementen sus tasas, 
suban vuestros impuestos,
bajen vuestros salarios, 
reduzcan vuestras pensiones 
y tengáis que empeñar
todas vuestras valiosas cosas
para poder pagar un hospital.

Lanzaros a los caminos.

Cuando eliminen todos vuestros derechos
y, en cambio, aumenten todos vuestros deberes.

Cuando al fin, desposeídos de todo,
sin nada que perder, hijxs pródigos
del ostracismo ascético de lo inmaterial,
le entreguéis a cambio de algo de comida 
vuestra fe ciega a Dios y a sus filiales. 
Más que nunca...

Lanzaros a los caminos.

Si, lanzaros a los caminos
y cuando caminéis por ellos
descubrir por vuestra cuenta
que ya es tarde, que para entonces
todos esos caminos  
conducen, 

al mismo sitio.

David Trashumante

martes, 24 de septiembre de 2013

Zapatistas en el baño de mi casa

Oh nena no sabes qué noche terrible
yo estaba feliz pensando en ti
escribiendo un poema sobre la primavera
un amigo se acerca y me pide que hospede a
3 ó 4 zapatistas que están en la ciudad
Oh mi amor dije que sí gustoso
todavía pensando en ti
todavía escribiendo mi poema
no sabía no no sabía
que me estaba metiendo con el México bronco
Dieron una conferencia       y          pude dormir a gusto
pero luego al hospedarlos descubrí que me engañaban
no eran 3
sino 10
y ninguno guerrillero
sus profesiones eso sí me resultaron muy extrañas
                4 punks
                1 vendedor de camisetas
                2 marxistas ortodoxos inflitrados en Telmex
                2 europeos mohosos pero de muy buenas familias
y el décimo se me hace que había sido boxeador
por que ya briago le dio por descontar al respetable

Pero lo más triste             baby
ah                           honey
es que todos vivían en Monterrey
sólo habían ido a Chiapas a
mirar una cascada

Apenas instalados pidieron de cenar
sin importarles que yo pensara en ti
que todavía no terminara mi poema
me miraron con desprecio me llamaron
individualista
luego pusieron un case de def con dos
otro de los Ramones
y cantaron como si vomitaran

Convencido de que no se apiadarían cociné para ellos
1 kilo de huevo 6 tomates 20 chiles 80 tortillas 2 bolsitas de frijoles
Ellos me apresuraban
sus ojos relampagueaban
varios litros de tonayan escurrían de sus labios
la casa apestaba como un temazcal de mezcal

Pasé la noche en vela

sorbiendo coca colas

sin poder orinar pues siembre había
                (siemprehabíasiemprehabía)


zapatistas en el baño de mi casa
zapatistas en el baño de mi casa

Luego de discutir
de golpearse
de hablar mal del gobierno
de censurar a marcos
de alabar la dictadura proletaria de la esquina
luego de cabecear de vomitar regurgitas de carrapaspear de
abofetearse
nuevamente
mutuamente hasta la sangre
hasta los belfos
luego de asegurarme que Zapata había sido
maricón
se fueron por fin con esa cruda
que sólo da a las diez de la mañana
se fueron dejando como única prenda
como único recuerdo
un caset de los Violent Femmes

En cuanto desaparecieron
como si todo fuera magia
o todo fuera un viejo sueño
se esparció la primavera sobre el tufo de la cruda
varitas de nardo creciendo en tus fotos
flores en tu cabello guacareado
sentí unas ganas locas de declamar poesías
y eso que aún me faltaba lo más bello
Oh honey
llegaste pisando los talones de la primavera
con la propiedad privada de tus pechos chiquitos
con el imperialismo a cuadros de tu blusa verde
hey dear-estabas lista
para pasar a la catafixia- y mientras te desnudabas
perdoné mentalmente a los explotadores que se comieron mi
comida
que vomitaron en mis muebles y me dieron
a cambio
nomás este caset
de pronto supe que nunca voy a rebelarme
No sé quien soy
soy tan voluble
me conformo con un trago
una cuenta de vidrio y un caset
me conformo con un pase
una blusa tirada y un caset

Y por eso te digo:
pásame el espejito para verme de cerca
por que ya no distingo dónde está el bien
dónde está el mal
Julián Herbert

lunes, 23 de septiembre de 2013

Las ciudades continuas, 1

La ciudad de Leonia se rehace a sí misma todos los días: cada mañana la población se despierta entre sábanas frescas, se lava con jabones apenas salidos de su envoltorio, se pone batas flamantes, extrae del refrigerador más perfeccionado latas aún sin abrir, escuchando las últimas retahílas del último modelo de radio.
En las aceras, envueltos en tersas bolsas de plástico, los restos de la Leonia de ayer esperan en el carro del basurero. No sólo tubos de dentífrico aplastados, bombillas quemadas, periódicos, envases, materiales de embalaje, sino también calefones, enciclopedias, pianos, juegos de porcelana: más que de las cosas que cada día se fabrican, venden, compran, la opulencia de Leonia se mide por las cosas que cada día se tiran para ceder su lugar a las nuevas. Tanto que uno se pregunta si la verdadera pasión de Leonia es en realidad, como dicen, gozar de las cosas nuevas y diferentes, y no más bien expulsar, alejar de sí, purgarse de una recurrente impureza. Cierto es que los basureros son acogidos como ángeles, y su tarea de remover los restos de la existencia de ayer se rodea de un respeto silencioso, como un rito que inspira devoción, o tal vez sólo porque una vez desechadas las cosas nadie quiere tener que pensar más en ellas.
Dónde llevan cada día su carga los basureros nadie se lo pregunta: fuera de la ciudad, está claro; pero de año en año la ciudad se expande, y los basurales deben retroceder más lejos; la importancia de los desperdicios aumenta y las pilas se levantan, se estratifican, se despliegan en un perímetro cada vez más vasto. Añádase que cuanto más sobresale Leonia en la fabricación de nuevos materiales, más mejora la sustancia de los detritos, más resisten al tiempo, a la intemperie, a fermentaciones y combustiones. Es una fortaleza de desperdicios indestructibles la que circunda a Leonia, la domina por todos lados como un reborde montañoso.
El resultado es éste: que cuantas más cosas expele Leonia, más acumula; las escamas de su pasado se sueldan en una coraza que no se puede quitar; renovándose cada día la ciudad se conserva a sí misma en la única forma definitiva: la de los desperdicios de ayer que se amontonan sobre los desperdicios de anteayer y de todos sus días y años y lustros.
Los desperdicios de leonia poco a poco invadirían el mundo, si en el desmesurado basurero no estuvieran presionando, más allá de la última cresta, basurales de otras ciudades que también rechazan lejos de sí montañas de desechos. Tal vez el mundo entero, traspasados los confines de Leonia, esté cubierto de cráteres de basuras en ininterrumpida erupción, cada uno con una metrópoli en el centro. Los límites entre las ciudades extranjeras y enemigas son bastiones infectos donde los detritos de una y otra se apuntalan recíprocamente, se amenazan, se mezclan.
Cuanto más aumenta la altura, más inminente es el peligro de derrumbes: basta que un envase, un viejo neumático, una botella sin su funda de paja ruede del lado de Leonia, y un alud de zapatos desparejados, calendarios de años anteriores, flores secas, sumerja la ciudad en el propio pasado que en vano trataba de rechazar, mezclado con el de las ciudades limítrofes finalmente limpias: un cataclismo nivelará la sórdida cadena montañosa, borrará toda traza de la metrópoli siempre vestida con ropa nueva. En las ciudades vecinas ya están listos los rodillos compresores para nivelar el suelo, extenderse en el nuevo territorio, agrandarse, alejar los nuevos basurales.
Italo Calvino

domingo, 22 de septiembre de 2013

(En invierno el cielo y sus nubes)

En invierno el cielo y sus nubes
Escuchando un motor en el taller de la calle
La poesía y sus retratos

Hice trabajos peregrinos como mi espíritu
Hice tareas casi raras en los arcos del silencio
La vida como un caracol con su casa a cuestas

Escuché portazos, nos llamaban los violentos
Ví la descomposición del cuadro de las parejas
El amor al otro lado del bosque cavaba trincheras.
Bruno Montané

viernes, 20 de septiembre de 2013

Varados

Tras empinado ascenso,
hasta llegar más alto que las nubes
y más arriba aún,
Ícaro e Ícara se precipitan
más rápido de lo previsto,
pero aterrizan suavemente en las dunas,
donde -más empinado aún-
planean el siguiente vuelo.

Versión de Eustaquio Barjau  

Günter Grass


jueves, 19 de septiembre de 2013

Koi koi to iedo hotaru ga tonde yuku


«Ven, ven», le dije,
pero la luciérnaga
se fue volando.




Onitsura 

miércoles, 18 de septiembre de 2013

No nos pidas la palabra


No nos pidas la palabra que de par en par exhiba
nuestro ánimo informe y con letra de fuego
lo declare y resplandezca como una amarilla
flor perdida en un terreno polvoriento.

Ah, el hombre que camina sin recelo,
amigo de los otros y de sí mismo y no se cuida
de su sombra que en el punto extremo
del calor se imprime sobre un desconchado muro.

No nos pidas la fórmula que mundos pueda abrirte,
sí alguna sílaba torcida y seca como una rama.
Sólo esto podemos hoy decirte:
lo que no somos, lo que no queremos.


Eugenio Montale

martes, 17 de septiembre de 2013

Test de Roshard

Los puntos suspensivos se derretían entre las citas
y las comillas dejaron paso a las cursivas,
que acabaron cayendo de puro cansancio,
tras todo esto el papel quedó en blanco,
mis manos manchadas con la tinta
que impregna el papel haciendo esbozos,
garabatos que iban cogiendo formas raras,
cada vez más complejas y más completas
hubiera deseado obligar a Roschard a mirar
y entonces lo vi claro, estaba dibujando,
manufacturando mi inconsciente en papel.
Una imagen valen las palabras escritas
pero es una imagen tan compleja, tan...
que no sabría describirla.



Vade Retro

lunes, 16 de septiembre de 2013

Un hombre pasa con un pan al hombro
…

Un hombre pasa con un pan al hombro

¿Voy a escribir, después, sobre mi doble?

Otro se sienta, ráscase, extrae un piojo de su axila, mátalo

¿Con qué valor hablar del psicoanálisis?

Otro ha entrado en mi pecho con un palo en la mano

¿Hablar luego de Sócrates al médico?

Un cojo pasa dando el brazo a un niño

¿Voy, después, a leer a André Bretón?

Otro tiembla de frío, tose, escupe sangre

¿Cabrá aludir jamás al Yo profundo?

Otro busca en el fango huesos, cáscaras

¿Cómo escribir, después del infinito?

Un albañil cae de un techo, muere y ya no almuerza

¿Innovar, luego, el tropo, la metáfora?

Un comerciante roba un gramo en el peso a un cliente

¿Hablar, después, de cuarta dimensión?

Un banquero falsea su balance

¿Con qué cara llorar en el teatro?

Un paria duerme con el pie a la espalda

¿Hablar, después, a nadie de Picasso?

Alguien va en un entierro sollozando

¿Cómo luego ingresar a la Academia?

Alguien limpia un fusil en su cocina

¿Con qué valor hablar del más allá?

Alguien pasa contando con sus dedos

¿Cómo hablar del no-yó sin dar un grito?


César Vallejo  

domingo, 15 de septiembre de 2013

A un poeta muerto.

Así como en la roca nunca vemos
La clara flor abrirse,
Entre un pueblo hosco y duro
No brilla hermosamente
El fresco y alto ornato de la vida.
Por esto te mataron, porque eras
Verdor en nuestra tierra árida
Y azul en nuestro oscuro aire.

Leve es la parte de la vida
Que como dioses rescatan los poetas.
El odio y destrucción perduran siempre
Sordamente en la entraña
Toda hiel sempiterna del español terrible,
Que acecha lo cimero
Con su piedra en la mano.

Triste sino nacer
Con algún don ilustre
Aquí, donde los hombres
En su miseria sólo saben
El insulto, la mofa, el recelo profundo
Ante aquel que ilumina las palabras opacas
Por el oculto fuego originario.

La sal de nuestro mundo eras,
Vivo estabas como un rayo de sol,
Y ya es tan sólo tu recuerdo
Quien yerra y pasa, acariciando
El muro de los cuerpos
Con el dejo de las adormideras
Que nuestros predecesores ingirieron
A orillas del olvido.

Si tu ángel acude a la memoria,
Sombras son estos hombres
Que aún palpitan tras las malezas de la tierra;
La muerte se diría
Más viva que la vida
Porque tú estás con ella,
Pasado el arco de tu vasto imperio,
Poblándola de pájaros y hojas
Con tu gracia y tu juventud incomparables.

Aquí la primavera luce ahora.
Mira los radiantes mancebos
Que vivo tanto amaste
Efímeros pasar junto al fulgor del mar.
Desnudos cuerpos bellos que se llevan
Tras de sí los deseos
Con su exquisita forma, y sólo encierran
Amargo zumo, que no alberga su espíritu
Un destello de amor ni de alto pensamiento.

Igual todo prosigue,
Como entonces, tan mágico,
Que parece imposible
La sombra en que has caído.
Mas un inmenso afán oculto advierte
Que su ignoto aguijón tan sólo puede
Aplacarse en nosotros con la muerte,
Como el afán del agua,
A quien no basta esculpirse en las olas,
Sino perderse anónima
En los limbos del mar.

Pero antes no sabías
La realidad más honda de este mundo:
El odio, el triste odio de los hombres,
Que en ti señalar quiso
Por el acero horrible su victoria,
Con tu angustia postrera
Bajo la luz tranquila de Granada,
Distante entre cipreses y laureles,
Y entre tus propias gentes
Y por las mismas manos
Que un día servilmente te halagaran.

Para el poeta la muerte es la victoria;
Un viento demoníaco le impulsa por la vida,
Y si una fuerza ciega
Sin comprensión de amor
Transforma por un crimen
A ti, cantor, en héroe,
Contempla en cambio, hermano,
Cómo entre la tristeza y el desdén
Un poder más magnánimo permite a tus amigos
En un rincón pudrirse libremente.

Tenga tu sombra paz,
Busque otros valles,
Un río donde del viento
Se lleve los sonidos entre juncos
Y lirios y el encanto
Tan viejo de las aguas elocuentes,
En donde el eco como la gloria humana ruede,
Como ella de remoto,
Ajeno como ella y tan estéril.

Halle tu gran afán enajenado
El puro amor de un dios adolescente
Entre el verdor de las rosas eternas;
Porque este ansia divina, perdida aquí en la tierra,
Tras de tanto dolor y dejamiento,
Con su propia grandeza nos advierte
De alguna mente creadora inmensa,
Que concibe al poeta cual lengua de su gloria
Y luego le consuela a través de la muerte.

Como leve sonido:
hoja que roza un vidrio,
agua que acaricia unas guijas,
lluvia que besa una frente juvenil;

Como rápida caricia:
pie desnudo sobre el camino,
dedos que ensayan el primer amor,
sábanas tibias sobre el cuerpo solitario;

Como fugaz deseo:
seda brillante en la luz,
esbelto adolescente entrevisto,
lágrimas por ser más que un hombre;

Como esta vida que no es mía
y sin embargo es la mía,
como este afán sin nombre
que no me pertenece y sin embargo soy yo;

Como todo aquello que de cerca o de lejos
me roza, me besa, me hiere,
tu presencia está conmigo fuera y dentro,
es mi vida misma y no es mi vida,
así como una hoja y otra hoja
son la apariencia del viento que las lleva.

Como una vela sobre el mar
resume ese azulado afán que se levanta
hasta las estrellas futuras,
hecho escala de olas
por donde pies divinos descienden al abismo,
también tu forma misma,
ángel, demonio, sueño de un amor soñado,
resume en mí un afán que en otro tiempo levantaba
hasta las nubes sus olas melancólicas.

Sintiendo todavía los pulsos de ese afán,
yo, el más enamorado,
en las orillas del amor,
sin que una luz me vea
definitivamente muerto o vivo,
contemplo sus olas y quisiera anegarme,
deseando perdidamente
descender, como los ángeles aquellos por la escala de espuma,
hasta el fondo del mismo amor que ningún hombre ha visto.


Luis Cernuda

sábado, 14 de septiembre de 2013

Pido la paz y la palabra.

Escribo
en defensa del reino
del hombre y su justicia. Pido
la paz
y la palabra. He dicho
«silencio»,
«sombra»,
«vacío»
etcétera.
Digo
«del hombre y su justicia»,
«océano pacífico»,
lo que me dejan.
Pido
la paz y la palabra.


Blas de Otero

jueves, 12 de septiembre de 2013

Fatiga

Marcho día y noche
como un parque desolado.
Marcho día y noche entre esfinges caídas de mis ojos;
miro el cielo y su hierba que aprende a cantar;
miro el campo herido a grandes gritos,
y el sol en medio del viento.

Acaricio mi sombrero lleno de luz especial;
paso la mano sobre el lomo del viento;
los vientos, que pasan como las semanas;
los vientos y las luces con gestos de fruta y sed de sangre;
las luces, que pasan como los meses;
cuando la noche se apoya sobre las casas,
y el perfume de los claveles gira en torno de su eje.

Tomo asiento, como el canto de los pájaros;
es la fatiga lejana y la neblina;
caigo como el viento sobre la luz.

Caigo sobre mi alma.
He ahí el pájaro de los milagros;
he ahí los tatuajes de mi castillo;
he ahí mis plumas sobre el mar, que grita adiós.

Caigo de mi alma.
Y me rompo en pedazos de alma sobre el invierno;
caigo del viento sobre la luz;
caigo de la paloma sobre el viento.

Vicente Huidobro

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Muñecas

Un coro de muñecas,
cartón amable para unos labios míos,
cartón de luna o tierra acariciada,
muñecas como liras
a un viento acero que no, apenas si las toca.

Muchachas con un pecho
donde élitros de bronce,
diente fortuito o sed bajo lo oscuro,
muerde -escarabajo fino,
lentitud goteada por una piel sedeña.

Un coro de muñecas
cantando con los codos,
midiendo dulcemente los extremos,
sentado sobre un niño;
boca, humedad lasciva, casi pólvora,
carne rota en pedazos como herrumbre.

Boca, boca de fango,
amor, flor detenida, viva, abierta,
boca, boca, nenúfar,
sangre amarilla o casta por los aires.

Muchachas, delantales,
carne, madera o liquen,
musgo frío del vientre sosegado
respirando ese beso ambiguo o verde.

Mar, mar dolorido o cárdeno,
flanco de virgen, duda inanimada.
Gigantes de placer que sin cabeza
soles radiantes sienten sobre el hombro.



Vicente Aleixandre

martes, 10 de septiembre de 2013

Manifiesto Místico


Y en materia de estética, toca a los místicos resolver las ecuaciones que medirán la nueva sección aúrea del alma de la época actual.
La pintura mística no ha empezado aún a impulsar un renacimiento arrollador porque los artistas se hallan muy retrasados respecto del progreso de las ciencias. Los artistas vegetan todavía en esos pastizales abominables que sembraron las más sórdidas teorías materialistas.

Al tener la cabeza vacía, no tienen nada que pintar y terminan por no pintar nada. De ahí que el Arte sea Nofigurativo, Noobjetivo, Noexpresivo, siete veces No y ¡No! ¡Basta!

Se acabó. Se acabó el negar, el ir hacia atrás. Se acabaron el malestar surrealista y el mareo existencialista. La mística está en la cumbre misma de la Alegría, la Gaya Ciencia. El misticismo es la afirmación rotunda y categórica del individuo ultraindividual y la eclosión de todas las tendencias del hombre, las erógenas y las heterógen(e)as, reunidas todas, gozadas y sublimadas en la unidad absoluta del éxtasis.

Yo deseo que mi próximo Cristo sea el cuadro más bello y alegre de todo cuanto se pintara hasta ahora. Mi Cristo será en todos sus aspectos lo más radicalmente contrario del Cristo materialista, salvaje y antimístico de Grünewald.

Arriba, cerca de la bóveda celeste, pongo Monarquía, Unidad de la Patria, ADN (es decir: continuidad biológica hereditaria), todo ello formando la cúpula estética perfectamente homogénea del Alma.

Abajo, dejo que estén la anarquía bulliciosa y supergelatinosa, heterogénea y viscosa, la diversidad ornamental, las estructuras blandas, ignominiosas, comprimidas y exsudando su último jugo en sus últimas cadenas de reacciones químicas.

Monarquía anárquica es la armonía, cuasi divina, de los opuestos proclamada por Heráclito. Una armonía que el molde incorruptible del éxtasis, y sólo él, construirá algún día con piedras de Escorial.

Muchas gracias, Picasso: tu genio ibérico de anarquista integral ha matado la fealdad de la pintura moderna. Sin ti, con la prudencia y el comedimiento característicos del honorable arte francés, existía el riesgo de tener que aguantar cien años más de pintura cada vez más fea, hasta que finalmente se hubiera llegado a los esperpénticos adafesios de tu serie Dora Maar.

Pero tú, de una estocada única y cabal, has derribado el toro de la ignominia al par que aquel otro toro más negro aún del materialismo en su totalidad.

Ahora empieza la Nueva Era

Empieza conmigo la era nueva de la Pintura Mística, la pintura del porvenir.

Firmado: Salvador Dalí
Sábado-Domingo

lunes, 9 de septiembre de 2013

Caligrama

       
                         LAS
                        ÁGILES
                        JIRAFAS
                            SON
                            LAS
                            MÁS
                            PAR
                            SIMO
                            NIO
                            SAS
                            CA
                            TE
                            DRALES DEL
                            ÁFRICA   Y
                            POR ESO ES
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Raúl González

sábado, 7 de septiembre de 2013

El cuervo


 I
En una noche pavorosa, inquieto
releía un vetusto mamotreto
cuando creí escuchar
un extraño ruido, de repente
como si alguien tocase suavemente
a mi puerta: «Visita impertinente
es, dije y nada más » .

II
¡Ah! me acuerdo muy bien; era en invierno
e impaciente medía el tiempo eterno
cansado de buscar
en los libros la calma bienhechora
al dolor de mi muerta Leonora
que habita con los ángeles ahora
¡para siempre jamás!

III
Sentí el sedeño y crujidor y elástico
rozar de las cortinas, un fantástico
terror, como jamás
sentido había y quise aquel ruido
explicando, mi espíritu oprimido
calmar por fin: «Un viajero perdido
es, dije y nada más ».

IV
Ya sintiendo más calma: «Caballero
exclamé, o dama, suplicaros quiero
os sirváis excusar
mas mi atención no estaba bien despierta
y fue vuestra llamada tan incierta...»
Abrí entonces de par en par la puerta:
tinieblas nada más.

V
Miro al espacio, exploro la tiniebla
y siento entonces que mi mente puebla
turba de ideas cual
ningún otro mortal las tuvo antes
y escucho con oídos anhelantes
«Leonora » unas voces susurrantes
murmurar nada más.

VI
Vuelvo a mi estancia con pavor secreto
y a escuchar torno pálido e inquieto
más fuerte golpear;
«algo, me digo, toca en mi ventana,
comprender quiero la señal arcana
y calmar esta angustia sobrehumana »:
¡el viento y nada más!

VII
Y la ventana abrí: revolcando
vi entonces un cuervo venerando
como ave de otra edad;
sin mayor ceremonia entró en mis salas
con gesto señorial y negras alas
y sobre un busto, en el dintel, de Palas
posóse y nada más.

VIII
Miro al pájaro negro, sonriente
ante su grave y serio continente
y le comienzo a hablar,
no sin un dejo de intención irónica:
«Oh cuervo, oh venerable ave anacrónica,
¿cuál es tu nombre en la región plutónica? »
Dijo el cuervo: «Jamás ».

IX
En este caso al par grotesco y raro
maravilléme al escuchar tan claro
tal nombre pronunciar
y debo confesar que sentí susto
pues ante nadie, creo, tuvo el gusto
de un cuervo ver, posado sobre un busto
con tal nombre: «Jamás ».

X
Cual si hubiese vertido en ese acento
el alma, calló el ave y ni un momento
las plumas movió ya,
«otros de mí han huido y se me alcanza
que él partirá mañana sin tardanza
como me ha abandonado la esperanza »;
dijo el cuervo: «¡Jamás! »

XI
Una respuesta al escuchar tan neta
me dije, no sin inquietud secreta,
«Es esto nada más.
Cuanto aprendió de un amo infortunado,
a quien tenaz ha perseguido el hado
y por solo estribillo ha conservado
¡ese jamás, jamás! »

XII
Rodé mi asiento hasta quedar enfrente
de la puerta, del busto y del vidente
cuervo y entonces ya
reclinado en la blanda sedería
en ensueños fantásticos me hundía,
pensando siempre que decir querría
aquel jamás, jamás.

XIII
Largo tiempo quedéme así en reposo
aquel extraño pájaro ominoso
mirando sin cesar,
ocupaba el diván de terciopelo
do juntos nos sentamos y en mi duelo
pensaba que Ella, nunca en este suelo
lo ocuparía más.

XIV
Entonces parecióme el aire denso
con el aroma de quemado incienso
de un invisible altar;
y escucho voces repetir fervientes:
«Olvida a Leonor, bebe el nepenthes
bebe el olvido en sus letales fuentes »;
dijo el cuervo:  «¡Jamás! »

XV
«Profeta, dije, augur de otras edades
que arrojaron las negras tempestades
aquí para mi mal,
huésped de esta morada de tristura,
dí, fosco engendro de la noche oscura,
si un bálsamo habrá al fin a mi amargura »:
dijo el cuervo:  «¡Jamás! »

XVI
«Profeta, dije, o diablo, infausto cuervo
por Dios, por mí, por mi dolor acerbo,
por tu poder fatal
dime si alguna vez a Leonora
volveré a ver en la eternal aurora
donde feliz con los querubes mora »;
dijo el cuervo:  «¡Jamás! »

XVII
«Sea tal palabra la postrera
retorna a la plutónica rivera,»
grité:  «¡No vuelvas más,
no dejes ni una huella, ni una pluma
y mi espíritu envuelto en densa bruma
libra por fin el peso que le abruma! »
dijo el cuervo:  «¡Jamás! »

XVIII
Y el cuervo inmóvil, fúnebre y adusto
sigue siempre de Palas sobre el busto
y bajo mi fanal,
proyecta mancha lúgubre en la alfombra
y su mirada de demonio asombra...
¡Ay! ¿Mi alma enlutada de su sombra
se librará? ¡Jamás!



Edgar Allan Poe

viernes, 6 de septiembre de 2013

Hora de aventuras

Hora de
aventuras llegó,
coge a tus amigos
y vámonos.

Con Jake el perro
y Phin el humano,
hora de aventuuras.

Terry Gilliam

jueves, 5 de septiembre de 2013

Fantasía iconográfica

La calva prematura
brilla sobre la frente amplia y severa;
bajo la piel pálida tersura
se trasluce la fina calavera.
Mentón agudo y pómulos marcados
por trazos de un punzón adamantino;
y de insólita púrpura manchados
los labios que soñara un florentino.
Mientras la boca sonreír parece,
los ojos perspicaces,
que un ceño pensativo empequeñece,
miran y ven, profundos y tenaces.
Tiene sobre la mesa un libro viejo
donde posa la mano distraída.
Al fondo de la cuadra, en el espejo,
una tarde dorada está dormida.
Montañas de violeta
y grasientos breñales,
la tierra que ama el santo y el poeta,
los buitres y las águilas caudales.
Del abierto balcón al blanco muro
va una franja de sol anaranjada
que inflama el aire, en el ambiente obscuro
que envuelve la armadura arrinconada.



Antonio Machado

miércoles, 4 de septiembre de 2013

El cancerbero cuatro veces

El cancerbero cuatro veces
al día maneja su candado, abriéndonos
cerrándonos los esternones, en guiños
que entendemos perfectamente.

      Con los fundillos lelos melancólicos,
amuchachado de trascendental desaliño,
parado, es adorable el pobre viejo.
Chancea con los presos, hasta el tope
los puños en las ingles. Y hasta mojarrilla
les roe algún mendrugo; pero siempre
cumpliendo su deber.

      Por entre los barrotes pone el punto
fiscal, inadvertido, izándose en la falangita
del meñique,
a la pista de lo que hablo,
lo que como,
lo que sueño.
Quiere el corvino ya no hayan adentros,
y cómo nos duele esto que quiere el cancerbero.

      Por un sistema de relojería, juega
el viejo inminente, pitagórico!
a lo ancho de las aortas. Y sólo
de tarde en noche, con noche
soslaya alguna su excepción de metal.
Pero, naturalmente,
siempre cumpliendo su deber.




César Vallejo

martes, 3 de septiembre de 2013

DIE TITANEN




Nicht ist es aber
Die Zeit. Noch sind sie
Unangebunden. Göttliches trift untheilnehmende nicht.
Dann mögen sie rechnen
Mit Delphi. Indessen, gieb in Feierstunden
Und daß ich ruhen möge, der Todten
Zu denken. Viele sind gestorben
Feldherrn in alter Zeit
Und schöne Frauen und Dichter
Und in neuer
Der Männer viel
Ich aber bin allein.


          und in den Ocean schiffend
Die duftenden Inseln fragen
Wohin sie sind.

Denn manches von ihnen ist
In treuen Schriften überblieben
Und manches in Sagen der Zeit.
Viel offenbaret der Gott.
Denn lang schon wirken
Die Wolken hinab
Und es wurzelt vielesbereitend heilige Wildniß.
Heiß ist der Reichtum. Denn es fehlet
An Gesang, der löset den Geist.
Verzehren würd’ er
Und wäre gegen sich selbst
Denn nimmer duldet
Die Gefangenschaft das himmlische Feuer.

Es erfreuet aber
Das Gastmahl oder wenn am Feste
Das Auge glänzet und von Perlen
Der Jungfrau Hals.
Auch Kriegesspiel

                       und durch die Gänge
Der Gärten schmettert
Das Gedächtniß der Schlacht und besänftiget
An schlanker Brust
Die tönenden Wehre ruhn
Von Heldenvätern den Kindern.
Mich aber umsummet
Die Bien und wo der Akersmann
Die Furchen machet singen gegen
Dem Lichte die Vögel. Manche helfen
Dem Himmel. Diese siehet
Der Dichter. Gut ist es, an andern sich
Zu halten. Denn keiner trägt das Leben allein.

Wenn aber ist entzündet
Der geschäfftige Tag
Und an der Kette, die
Den Bliz ableitet
Von der Stunde des Aufgangs
Himmlischer Thau glänzt,
Muß unter Sterblichen auch
Das Hohe sich fühlen.
Drum bauen sie Häußer
Und die Werkstatt gehet
Und über Strömen das Schiff.
Und es bieten tauschend die Menschen
Die Händ’ einander, sinnig ist es
Auf Erden und es sind nicht umsonst
Die Augen an den Boden geheftet.

Ihr fühlet aber
Auch andere Art.
Denn unter dem Maaße
Des Rohen brauchet es auch
Damit das Reine sich kenne.
Wenn aber

Und in die Tiefe greifet
Daß es lebendig werde
Der Allerschütterer, meinen die
Es komme der Himmlische
Zu Todten herab und gewaltig dämmerts
Im ungebundenen Abgrund
Im allesmerkenden auf.
Nicht möcht ich aber sagen
Es werden die Himmlischen schwach
Wenn schon es aufgährt.
Wenn aber
                  und es gehet



An die Scheitel dem Vater, daß

                und der Vogel des Himmels ihm
Es anzeigt. Wunderbar
Im Zorne kommet er drauf.




Friedrich Hölderlin

domingo, 1 de septiembre de 2013

SSS Silencio

Sss, silencio, serpientita se sume sobre su sueño || Sss, silencio, si su siesta se suspende serpientita sin suspense salta sobre sí, silueteando sus simples sortijas simultáneamente || Sss, silencio serpientita sobresaltada, se separa, serpentea silenciosamente sobre serenos suelos || Sss, silencio, serpientita siente suficiente silencio || Sss, silencio.

Una niña de 8 años.