Tu piel es un rocío tembloroso noche arriba
una vegetación desnuda que acaricio
las justas cadenciosas dilaciones
una efusión solar este momento
sucesivo presente venturoso
que orilla lóbulos, mejillas, éxtasis precisos
descubierto discurro hacia tu cuerpo
y azules son tus voces que no sueño
de nuevo amanecida reapareces sin fronteras
y transparentemente ya el deseo afirma el reino
en el eclipse del gozo o su cenit
lo que sabemos
de estrellas fijas calmas soleadas
de un aroma de azogues deslumbrante
por las ramas y en los miembros
labios perdidos retornados rostros
fervor y una vez más recién nos conocemos
y éste es tu cuerpo y ésta la noche inmensa que se inicia
para mi mano presurosa y lenta.
Me descubres
y en la delicia mirada beso enlace son palabra.
Es esta corporal acometida
sin enigmas
en el gesto en las voces en los ojos
toda tu gloria azul presencia poseída
por el misterio que en ti recapitula
el nacimiento del mundo de los nombres.
Luis Izquierdo
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