Nucas en los ojos y alientos en la propia.
Goteando cada pie,
cansado,
sudado.
Desde fuera debemos ser maravillosos,
uno solo que entraña miles.
Peces, gaviotas, borregos.
Comida de gusanos escacharrados,
sucios, fríos, caldorros,
amasijo de historias.
Derecha, arriba, de frente,
izquierda, abajo,
comida.
Alimentos vomitados cada dos minutos.
Espantapájaros de los ratones,
ratas de alcantarillado.
Sucio torrente
con pulso propio, ajeno y
extraño.
Bombeo del suburbio,
latidos inherentes a Madrid.
Letras rítmicas de versos enterrados.
Desde arriba debemos parecer
maravillosos.
Ay señor Metro,
ay señor Metropolitano,
cuántos putos minutos faltan
para que mates de una vez
por todas
estos malditos versos desganados.
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