martes, 9 de octubre de 2012

Los Bandar-log

          No tienen Ley. Los despreciamos. No tienen un habla propia, sino que usan las palabras robadas que les llegan cuando escuchan, espían y esperan ahí arriba, entre las ramas. Sus costumbres no son las nuestras. No tienen jefes. No tienen memoria. Presumen y hablan sin parar y creen que son un gran pueblo que está a punto de hacer cosas muy importantes en la Selva, pero la caída de una nuez les distrae, haciéndoles reír, y todo queda olvidado.

(...)

          Aúllan y berrean canciones absurdas, o invitan a los habitantes de la Selva a subir a sus árboles para luchar con ellos, o provocan batallas enfurecidas entre ellos mismos, sin ningún motivo y dejan los monos muertos donde el pueblo de la Selva pueda verlos. Siempre están a punto de tener un jefe y leyes y costumbres propias, pero nunca lo logran porque la memoria no les dura de un día para otro y lo arreglan todo con un dicho inventado: "Lo que los Bandar-log piensan ahora, la Selva lo pensará más adelante", y esto les consuela muchísimo.

Rudyard Kipling
Nota: fragmento del libro El libro de la selva.
Nota 2: título puesto por nosotros.

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