(...)
Aúllan y berrean canciones absurdas, o invitan a los habitantes de la Selva a subir a sus árboles para luchar con ellos, o provocan batallas enfurecidas entre ellos mismos, sin ningún motivo y dejan los monos muertos donde el pueblo de la Selva pueda verlos. Siempre están a punto de tener un jefe y leyes y costumbres propias, pero nunca lo logran porque la memoria no les dura de un día para otro y lo arreglan todo con un dicho inventado: "Lo que los Bandar-log piensan ahora, la Selva lo pensará más adelante", y esto les consuela muchísimo.
Rudyard Kipling
Nota: fragmento del libro El libro de la selva.Nota 2: título puesto por nosotros.
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