Abres tu casa.
Las calles y las ramas son la agitación
de la tierra pujante y ruidosa.
Das vueltas y no vuelves.
La soledad te escarba los hombros
en este sitio donde el polvo
cierra la boca a las palabras.
Atrás alguien se duerme en el sopor.
A uno le duele algo
y si esto fue antes tierra firme no importa.
Vilma Vargas Robles
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