I
Es duro cuando sobre la Tierra
En felicidad se ha vivido
Morir triste y solitario
Sobre las ruinas de un viejo culo.
Hace un tiempo en un bosque virgen
Fui plantado sobre la ladera
Que un puro hilillo de orina salpica
Y algunas veces un hilillo de sangre.
II
Entonces, en este soto salvaje,
Los pelos brotaban por los surcos
Y bajo su virginal sombra
Pasaban algunas felices ladillas.
¡Destino fatal! un dedo núbil
Una tarde por allá extravió su rumbo,
Y con su móvil falange comenzó a
Frotar, raspar y laborar...
III
Después del dedo, el pene le sucede,
Y, en sus apetitos ardientes,
Convocando a la lengua en su ayuda,
nos desgarra con sus ávidos dientes.
Vi irse nuestros despojos
Sobre el flujo de las pasiones,
Que toma su fuente en los testiculos
Y va a perderse en la vulva.
IV
¡Ay! la espina está debajo de la rosa,
Y así debajo del placer,
Pronto al borde del osteoma
Los chancros vinieron a desarrollarse.
Y los inhumanos condilomas
Se dibujan por todos los caminos:
En el departamento de la ingle
brincan los jóvenes potros.
V
Pero si el pasado fue propicio,
¿Por qué soñar con el futuro?
¿Y que importa la blenorragia
Cuando queda el recuerdo?
¿No he visto todos los prepucios
Tener en nuestro terreno libre acceso?
¡Aun cuando fuesen rusos,
Sobre todo cuando eran franceses!
VI
Cubrí con mi amistosa sombra
La jineta del escolar,
El miembro de la Academia,
Y el arma del carabinero;
Vi al fosfórico anciano
En un esfuerzo muy breve,
Cargar con su descarnado dardo,
Sin llegar a descargar...
VII
Vi... pero el terrón desierto
Sin más flujos ni reflujos,
Y la matriz muy abierta,
Espera vanamente el pene erecto.
Perdí, hace un año,
A mis compañeros, ya muy viejos,
Y mis bellos pelos del perineo
Han desaparecido en diferentes lugares.
VIII
En los labios de las jóvenes doncellas,
Crezcan en paz, pelos ingénuos,
Adiós, mis primos de las axilas,
Adiós, mis hermanos del ano,
Esperaba, en la última hora,
Ahogarme en el agua de los bidés,
Pero habito en un culo
Que ¡ay! no se ha lavado jamás.
IX
Había hablado ya durante mucho tiempo,
Cuando un viento vivo y precipitado,
Ruidoso, pero no inodoro,
Lo lanzó a la eternidad.
Así, todo regresa a la tumba,
Todo lo que vivió, todo lo que fue,
Así todo cambia, así todo cae,
Ilusiones... y pelos de culo.
Julio Verne
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