El otro día me acordé de ti y me dieron ganas de vomitar.
Náuseas de pensarte.
Vértigo de sentirte.
Barf.
Pero no vomité.
Creo que simplemente lo pensé.
Pensamiento convertido en arcada.
Arcada calientapoyas.
De esas que vienen pero ni siquiera empiezan.
Y luego una carcajada.
Risa sin ningún motivo.
O con todos los motivos.
O las dos cosas.
AL día siguiente me entraron ganas de vomitar.
Y me acordé de ti.
E-Lithssa Blissett
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