en algún vagón de metro
este alma pasajera,
más dormida que despierta,
a la que llevan los versos
a otro mundo, otra era.
Cuando llega su parada
vuelve los ojos al frente
y mira con desconfianza
a toda esa gente
compañera en la rutina
de los muertos vivientes.
Lina
Excelente. Pronto vuelven esas rutinas, qué desgana..
ResponderEliminaraplausos encadenados. bonito poema.
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