martes, 4 de septiembre de 2012

A la madre de Panero

A la madre de Panero, 
que ríe... 

repiquetean constantes en la abyecta cabeza los ecos de súcubos que claman por mi
madre
surgidos desde miedo del abismo de lograr prometéica tarea de arrancarme las flechas de ese puto enano
chupar el veneno emanado por las heridas del que rompió sus cadenas ebriando la psique que oponen a la razón
ahora puedo mirarte a los ojos,
madre,
y escupirte a la cara en un gesto que no te amo
que camino con los que van opuestos
que cuando mis cuencas vacías te viertan sonrisas-espasmos-
desde el psiquiátrico,
sedado,
y tu rías de nuevo
creyéndome en tus manos
no te alivie el placebo y sabe
que tu hijo huyo lejos
llámalo, si deseas, Parnaso
tierras sin nombre
lugares donde huyen las gentes
que desoyen de Dios el mandato
que consiguen morir en vida
sin importar si respiran
dos moléculas de oxigeno
madre
poco importan
en esos momentos
al otro lado.

Amacaballo Fat

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