Vienen danzando por la colina el Loro que habla, el Mono que
gesticula y el Lagarto que mira y sobrevive.
Descubrirte es tener el alma como esponja seca
y estrujarla hasta el fin del mar o el comienzo del mundo:
así, arde un mapa en los sueños de un niño;
arde una casa en una nube que arde.
Sólo veo tu sonrisa como un arco iris blanco sobre los
manicomios.
¿Es que estoy solo?
Si te amé yo no puedo estar solo; todo perdura.
¿Si te amé por qué enumero las camas donde hemos fornicado?
Y el fin de la mar no está en los náufragos
ni en los faros solitarios como aerolitos solitarios,
sino en los pobres bañistas alborozados
-piel negra bikini, peones mordidos y tostados-
y en una muchacha, sentada en la arena, descansando.
Y Amor golpeará tu puerta y verás navegantes remando
en los canales de tu corazón.
¿Y el trompo de la libertad bailará en tu uña?
¿Y si no te amo por qué enumero las camas donde hemos fornicado?
Y amor vendrá con Lucha de Clases
en un punto decisivo
¡Bang, bang!
De la infrarrealidad venimos, ¿a dónde vamos?
Roberto Bolaño
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