y decide mudarse de gusano.
Sus ovillos de seda se llaman con susurros
arrancados de un periódico de junio,
de un pasillo de cristal que bien pudiera haberse convertido en un intérprete de sueños.
Los que hemos sobrevivido apenas
nos dejamos crecer
la piel bajo las uñas:
este rosario que cruje
lleva escritos todos vuestros nombres.
Emilio Barcón
Los peores sueños de Madrid, nunca superarán los de una pequeña ciudad de provincias.
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