No están mudos
Nunca han partido nuestros muertos
:se les oye en la leña
que arde
: en los labios
de la llaga
Hombro con hombro
vivos y muertos
vamos
Hija del campo
y de la luz/
vientre de piedra
sollamada/
nunca
se elevó
tan bajo
tu hambre/
tu sombra sin
su cuerpo/
la impostura/
la ceniza
de tus trojes
quemadas
el látigo/ los nadies
de la sed...
-¡qué se yo qué!-
Y a punto
de salpicar
está
la sangre estando
fraternal
estaba
y doliente
dolida
La muerte
entona
entonces
zancudona
mente
una canción
de cuna
adonde el sol
camina
Perdida
a lo lejos
no puedo asir tu mano seca
como un río
Sé que vives: ven
-no sé donde-sé
que vives/ van
a acudir/
vendrán
todos tus hijos: las mujeres
y los hombres murciélago/
los cigarra los abeja
y los hombres hormiga/
también
Los pobladores de las Siete
Cuevas/
son los hombres de
maíz
con su rostro de limo
Dime
qué ves/ vuelve
la cara/
gira/
danza
alrededor
de nuestro Árbol
de la vida
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