I
El hombre es un alma atrapada
En el cuerpo de un animal confuso
Un animal que grita preguntas a los vientos
E intenta atrapar la luna con su lógica
Para destronarla del cielo
Las vidas de los hombres son suspiros
Pálpitos del eterno corazón
Pero el hombre intenta domarlos
Contando horas, minutos y segundos
Ignorando la naturaleza inmóvil del tiempo
Y lo infinito del universo
El hombre aún así se afana
En complejísimos proyectos
Cada ambiguo individuo
Lleva cerca del pecho
Una lista razonable
De cosas por hacer
¿Qué hemos hecho?
Erigir muros de acero y filosofía
Que aíslan a los unos de los otros
Y alejan a todos por igual de la realidad
Inventar la soledad endémica
Para evitar cualquier contacto espiritual
Nos cegamos con brío
Con la ciencia y la cultura
Las mascaras más exóticas
De nuestro baile de disfraces animal
Lo hicimos todo
Lo posible y lo imposible
Lo moral y lo execrable
Lo traidor y lo impío
Hasta lo más noble y sacrosanto
Con tal solo de cerrar los ojos
Y no ver
Que el mundo no nos pertenece
Que somos simples transeúntes
Cárceles perecederas para ánimas
Animales confusos
Escribiendo nuestros nombres en la arena de la playa
Sin tener en cuenta que las mareas subirán inevitablemente
Borrando hasta la última huella
II
¿Qué se yo?
No he dicho nada
Soy solo un animal confuso
Centinela de mi alma
Pero a veces
Poseído por la luna llena
Mi espíritu libera un gemido hambriento
En esos fantásticos momentos
Soy hermano de lobo
Hijo del chacal
Miembro menor
De la jauría salvaje de los perros
Que se tumban y duermen a mi lado
Los felinos erizan las espaldas
Al verme pasar
Por ahora acato la condena de mi carne
Aguardando el venir del sueño decisivo
Que romperá el hechizo de mi civilización
Entonces rasgaré mis vestiduras
Huiré desnudo por las calles
Hasta encontrar el bosque
Allí abriré mi pecho
Con las uñas de mis manos
Liberaré mi alma
De esta grosera cárcel magra
Y celebrare el rencuentro con la luz
Con un bestial aullido
Luther Blissett
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