Toledana, terca y tenaz. Tierna también. Podría decir talentosa (algunos talentos tengo) pero me suena un tanto fanfarrón. Sí que soy un poco tarambana, bastante traviesa y nada timorata.
He vivido una infancia asilvestrada en un verde valle johnfordiano secreto y paradisíaco, donde perfeccioné hasta extremos insospechados la puntería con el tirachinas, coleccioné mariposas compulsivamente, y disfruté de una abuela de la que heredé el gusto por las palabras. Mi mayor defecto es haber completado la carrera de Derecho, por lo cual entono un sentido ‘mea culpa’.
Tras una vida dedicada a la logística, me lié la manta a la cabeza y ahora regento la Librería-Café “El Dinosaurio todavía estaba allí” en el madrileño barrio de Lavapiés.
Soy cuentista. Varias de mis obras están publicadas en antologías, fanzines y blogs. Algunas incluso premiadas.
Mis mejores lectores son los camioneros de larga distancia.
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