(I) Más allá de la cáscara
Si un árbol es bello
-si una mujer, un hombre-
no es tanto el mérito que tiene
en su hermosa y robusta posición actual,
aunque lo tenga.
Hoy, los surcos de su experiencia lo aseguran en la vida.
Mi canción es, pues,
para los niños, los infantes, adolescentes, jóvenes, ...
a ésos que a bellos y fuertes -o no, pero en fin:- árboles preceden:
Por ser tan imbatible la vida en ellos
que, a pesar de su fragilidad
-tiernos brotes-
por las crudas tormentas que les toquen
transforman la muerte
y vencen.
(II) Fuerza de batalla en guerra
Y si oigo a mi madre llorar,
-eco de viejos cristales-
o aposento
en el iris que no ahuyento
a adultos dentro de sí por el piso tirados -hoy
Hoy
Yo digo desnuda
digo descubierta:
Grande es nuestra fuerza
sobrecargados árboles
si luchamos
hacia la vida
entre tanta injusta muerte impuesta.
00:23 viernes 24 de febrero de 2012
Lavapiés, a la luz de una vela
(III) Amor sin límites
Canción a los árboles sanos:
Plenos:
Grande es el valor de los que aman
para ayudar y sanar lo mal crecido en los que cantan
desde su malograda apariencia
la promesa extensa de exquisita cosecha.
Pues es a manos blancas,
risa blanca de amor,
como se provoca a los dioses dormidos
y la muerte
acampa a sus anchas en las raíces cortas
de malnutrida juventud, derruidas torres,
por el oscuro cielo de la copa incierta...
Grande pues es el valor de los que aman
y ayudando entierran las cáscaras de vidas en pena.
Reproducidos:
Grande es el valor de los que invocan
con el pecho lleno y abundancia sin horas
el nacimiento de yemas nuevas
que imposibles por pletóricas brotan
en explosión de flores verdes de postreras manzanas...
Retornando hijos sin rencor,
les dotan de arrullos de vuelo
y el dolor
no existe, ni la derrota: a crujientes mordiscos, néctar y alimento,
les compelen hacia la patria libertad
como plumíferos dioses y perfeccionadas palomas.
10:34 domingo 26 de febrero de 2012
Lavapiés, a la luz del creciente sol
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