Tengo el corazón bombardeado desde mil cielos tiznados de ceniza.
Tengo la vida consumida en diez mil días.
Tengo las huellas de dolor clavadas en veintiún gramos de alma.
Tengo veintiún gramos de inexistencia incrustados en los trozos de mi maltrecho cuerpo.
Dante Iván Fraga
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