A ciegas, oculto y extravío.
No soy un pez.
¿Cómo sería morir aquí abajo?
En este acuerdo de agua
mi piel no es mi piel,
sudario de licor y néctar,
una mentira in-inteligible.
Soy transparencia.
Me he muerto.
Arriba
los azulejos sonríen mi ingravidez,
se burlan de mis ojos,
orbitan vacíos y locos
en ecos huidos, fugados,
hiriendo la sincorriente,
la conquietud.
Y veo más allá
-desde mi sepulcro de agua-:
El altillo donde guardo mis jabones,
las esencias,
tarros de cristal en otra frontera.
Y quiero ser pez, y
no puedo.
Y te quiero.
Y te quiero.
Pero regreso
para olvidarte nunca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario