Si tuviera un corazón como un bisonte
dónde meterlo porque aquí no me cabe
aquí no se rompe contra los campos
aquí no sangra de indio ni de primavera
aquí un bisonte se me muere de triste
se me muere de ceniza, de silencio, de oscuridad.
Si tuviera un corazón como un bisonte
robaría todos los besos de vuestros relámpagos
todo el vino de vuestra noche
me quitaría los brazos, las piernas, para dejarle espacio,
para dejarle que corra,
para que embista la piel y sus fronteras
para que se moje de lluvia y de amarillo
y que descanse en mi cuerpo
a sus anchas.
Si tuviera un corazón como un bisonte
no tendría sed
ni hambre
de nada más.
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