Nato unos días antes de los idus de marzo de 1993 (según el calendario romano y juliano), no es más que un tipo extrañamente bipolar y un poeta ni de los mejores ni de los peores. Vigoréxico a ratos y nacido para triunfar… no, mejor para el fracaso. Pesioptimista por naturaleza, fan absoluto del Quijote. El 27 es su Biblia-Corán-Torah y es poseedor de una letra extraordinaria, tan mala que ni él mismo es capaz de descifrarla (lo que ha malogrado varios de sus poemas). ¿Pasiones? Un libro nuevo, un buen partido de baloncesto o ver el sol atravesando un racimo de uvas maduras, sin desdeñar nunca un buen orgasmo, por supuesto. La barba pelirroja atestigua que es hijo del butanero, quizá de un irlandés -digan lo que digan los análisis genéticos-. No se define como ególatra ni como narcisista, pero es que es muy humilde, y pese a ser como es no suele caerle mal a la gente, lo que hasta a él mismo le extraña. Aún no sabe qué día morirá, pero espera ser consciente de que está pasando cuando ocurra.
Su fecha de barbarización se produjo hacia principios del 2012 y desde entonces, debido a la responsabilidad que ello acarrea, ha procurado rascarse el escroto con mayor elegancia.
PS: Su correo es luisfuentep_22@hotmail.com. El suyo, no el del escroto. Eso sería una locura.
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