De un caballero que parece la muerte.
La doncella lo llama por teléfono
Pero él no se da por aludido.
Andan por unos cerros
Llenos de lagartijas de colores.
La doncella sonríe
Pero la calavera no ve nada.
Llegan a una cabaña de madera,
La doncella se tiende en un sofá
La calavera mira de reojo.
La doncella le ofrece una manzana
Pero la calavera la rechaza,
Hace como que lee una revista.
La doncella rolliza
Toma una flor que hay en un florero
Y se la arroja a boca de jarro.
Todavía la muerte no responde.
Viendo que nada le da resultado
La doncella terrible
Quema todas sus naves de una vez:
Se desnuda delante del espejo,
Pero la muerte sigue imperturbable.
Ella sigue moviendo las caderas
Hasta que el caballero la posee.
Nicanor Parra
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