Brindemos y matemos por los e;bés que beben mate.
¿Cómo empezar a poetizar a personas impoetizables? ¿cómo extraer las letras de los poros de sus pieles?
El mate los ahoga, bucean en su mate, ríen, dicen palabras, luego hablan, bebiendo siempre su mate.
El mate los enloquece, los hace invisibles, impredecibles, Bárbaros, absurdos, surrealistas, coherentes.
El mate aúna su indiscutible colectividad en El Individuo. Viva Perón.
Riman sus voces, beben su mate, matan sus cuerpos, beben su mate, el elixir de la Barbarie, beben su mate, versan la vida, pero siempre beben su mate.
Como si de un ritual se tratara se pasan solemnemente el mate de la paz. Es necesario, pues al fin y al cabo, mate no deja de ser el imperativo del verbo matar.
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