hebras lácteas su sol lanza corridas
y más corren los haces que las vidas
que extasiadas descansan su pepino.
Los lances vegetales, chorro fino
de un duro surtidor nunca recibas,
nunca de príapo tintero escribas
tu húmedo amor, su disparo asesino.
Podrá darte la luz por la mañana
y con blanco fulgor negar tu día,
tapar tu boca oscura, ¿sabes Ana?
es peligroso ser letrina escueta,
la flor de lis de la ninfomanía,
tragar verdura y hacer la láctea dieta.
Diego Medina Poveda
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