Brilla la sangre como el filo de la aurora,
igual que dos sonrisas frente a frente,
y se vierte en aspersores, en aspersores leves y sin fuerza,
tan cortante como un reflejo pulido.
Hojas afiladas sajando la carne,
milímetro a milímetro instantáneo,
hundiéndose limpiamente
en tajo suave y pulcro. Continuo.
La belleza de miembros cercenados…
Fragmentos de hombre, potencias de vida.
Cortes limpios fundados en sueño
sobre blanda materia que no da resistencia.
Mutilaciones de aire o torsos seccionados
o despojos de cuerpos bañados de luz pálida,
surtidores de linfa que se esparce, se diluye,
se escancia en cálices de bruma.
Es entonces cuando torrentes y mares sin freno
se abren paso y sacrifican y devastan y…
…desaparecen. No hay mancha, no hay diluvio de sangre,
tan solo la belleza de miembros cercenados.
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