martes, 24 de abril de 2012

(Padre nuestro)

Padre Nuestro, si estás en los cielos, 
NO me hagas entrar 
Hoy he hablado con él, bonitas palabras
Hoy, entre humo viciado, se ha dignado a pronunciarse
Me dijo; que me equivocaba, que si no cambiaba,
Si, ÉL, me dijo (por fín); que si no renegaba
NUNCA estaríamos juntos
Que la divinidad tenía un precio (aunque él la poseía de forma innata)
SIEMPRE hay un precio.
Un módico precio para salvarme
Si, ÉL, quería salvarme; a mi. Su aleatoria oveja descarriada
Enumeró sus reproches, mis cargos. Su tribunal declaró:

LUJURIA: por amar, amar intensamente, pero por poco tiempo.
GULA: por empacharme de ansiedad, y beber hasta ahogar las entrañas.
AVARICIA: deseo constante de coleccionar experiencias, oportunidades, errores, sensaciones, aventuras, de vivirlo TODO- según él, demasiado.-
PEREZA: por disfrutar del éxtasis de existir, simple y humildemente, sin ningún objetivo inmediato, saboreando el tiempo y dedicándome a observar, y no actuar.
IRA: por expresar momentos de colapso, de impotencia, por no reprimir la indignación, por permitirme estallar. Dejar de dominarme un instante
ENVIDIA: por admirar las cualidades que nunca tendré, por rabiar de mi propia imperfección.
SOBERBIA: por tener conciencia de que ciertas personas no encajarán jamás en los estándares de mi propio ego

Su tribunal declaró:
CULPABLE -queda usted condenada-
Y la zorra, la insensata pecadora declaró:
-ósea, yo. Declaré:-
quédese, señoría, con su billete al paraíso
No concibo peor cárcel que el cielo que usted me ofrece

Padre nuestro, si estás desterrado en los cielos 
Algo horrible debes de haber hecho


Zazu

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