Cuerpos destrozados, mentes enfermas, sólo quieren abandonar. Abandonar el nuestro mundo poco a poco, sin prisa, dejándose poseer por el cálido abrazo de ella: la Otra Dimensión. Allí, ajenos a Dios y sus malditos paraguas, pueden oir los lamentos y gritos de las risas esputadas entre arcadas de tonos semitonos graves que gimen vibratos y tosen trinos trémolos agudos ¡staccato!... Allí pueden oír las voces de aquellos que sólo existen aquí si son usados por las manos vivas de las mentes muertas. Entonces se vuelven tan insoportables los gritos, se acelera tanto la palpitación, desaparece la ilusión por nada, y los que caminan entre tú y yo toman conciencia de lo que realmente son: instrumentos.
Y sólo así se abrazan a las máquinas,
les hacen el amor,
las golpean con violencia,
pariendo una y otra vez
hasta el infinito
a la pequeña musa de la celebración.
Amacaballo Fat
eto a mi ma gustao y creo que tiene verdadura
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