martes, 24 de mayo de 2022

Lorelei

 No es noche ésta de ahogarse:

luna llena, reacio

río bajo luz suave,


acuosas nieblas bajan

tupidas como redes

cuyos dueños reposan,


traduciéndose en vidrio

lúcido mientras flotan

las torres del castillo


hacia mí hiriendo el rostro

del silencio. Ascienden

sus miembros poderosos


y álgidos, pelo grave

más que mármol, y cantan

de un mundo más amable


que ninguno. Estos cantos,

hermanas, sobrepasan

al oído gastado


que aquí, en el campo, escucha

bajo el orden impuesto.

La armonía caduca


el orden que vosotras

sitiáis con vuestras voces.

Vivís entre las rocas


de oníricas promesas

de refugio. De día

bajáis de la pereza,


de altas ventanas. Peor

que vuestro enloquecido

canto o mudez. La voz


de vuestro fondo llama:

embriaguez del abismo.

Oh río, veo tu larga


y honda línea argentina,

esas diosas de paz.

Piedra, piedra, me abismas.


Sylvia Plath

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