martes, 21 de octubre de 2014

La lluvia lenta


Esta agua medrosa y triste, 
como un niño que padece, 
antes de tocar la tierra 
desfallece. 

Quieto el árbol, quieto el viento, 
¡y en el silencio estupendo, 
este fino llanto amargo 
cayendo! 

El cielo es como un inmenso 
corazón que se abre, amargo. 
No llueve: es un sangrar lento 
y largo. 

Dentro del hogar, los hombres 
no sienten esta amargura, 
este envío de agua triste 
de la altura. 

Este largo y fatigante 
descender de aguas vencidas, 
hacia la Tierra yacente 
y transida. 

Llueve... y como un chacal trágico 
la noche acecha en la sierra. 
¿Qué va a surgir, en la sombra, 
de la Tierra? 

¿Dormiréis, mientras afuera 
cae, sufriendo, esta agua inerte, 
esta agua letal, hermana 
de la Muerte?


Gabriela Mistral



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