No quiero más violetas blancas
y canto-de-lira,
no más vinos de Chian
y mirra Siria,
no más parranda
y prostitutas ebrias-
odio todo eso,
me está volviendo loco.
Pero rodéame de narcisos
y dame a probar la flauta traversa,
frótame con bálsamo azafranado
humedece mi lengua con vino de Mytilene
y cásame con una muchacha hogareña.
Filodemo
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