y pude verme por dentro al calor de aquella hoguera,
y las cucarachas me miran, extrañadas,
al fondo de la estancia asoma la cabeza de Sansa,
las llamas bailan para mí, como si fueran mis siervas,
el agua golpea la ventana, pide entrar a cesar mi visión,
mi negro gato entra con el lomo erizado, empapado,
se recuesta a mis pies y finge ser un mero espectador,
oigo como ronronea, se frota contra mis tobillos,
yo, absorto en el movimiento hipnótico de las brasas,
apenas siento la presión de su mojado pelaje,
lo agarro, lo miro, lo asciendo a mi regazo, ronronea,
mira la ventana como si supiera que el agua amenaza,
como si supiera que el agua quiere entrar a apagarme,
él es mi guardián y señor, él es la negra garra de mi ser,
es mi peor poema y sin embargo, mi mejor metáfora,
es el que protege mi fuego aún empapado en el agua.
Vade Retro
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