en el que el alma
borracha de una
larga cadena
de amaneceres
deduce el simple chispazo que es,
impulso eléctrico entre neuronas,
chispazo frágil que busca lo eterno.
El alma entonces
-un alma que había creado el mundo-
llega al temor
del golpe, el tumor, la edad y el veneno.
Mundo, conciencia, memoria y deseo
son conexiones,
pequeñas chispas
en el cerebro.
Apenas queda ya un pequeñito espacio inmenso
para encontrar antes de que se rompa el reloj
brotando, vida, pura vida, en este universo,
pagada con el llanto, la sangre y el dolor.
José Gabriel Quirós Garnica
Pero la eternidad del instante depende de su intensidad.
ResponderEliminarClaro que sí :)
Eliminarqué bueno!
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