Nació en Madrid en el siglo de las luces y es castellanovieja de ascendencia. Curtida por la quijotesca solana, aprendió sus primeros pasos en el arte mirando flores florecer, moscas copular, renacuajos transformarse, patos y pollos haciéndose amigos en testimonio de su mutuo lenguaje, subiéndose ella a la higuera al caer la tarde, etc. Educada por dos gatas negras idénticas de diferente madre -no pregunten por qué, nadie lo entiende- con una estrella blanca en trambas gargantas, -estigma que sería anunciante y recurrente de su marca rediviva-, no conoce una forma de vida que no sea animalar sencilla y con la justa decadencia.
Afinada en las artes intelectuales como una fiera antiestética, ha pasado por las carreras de Bellas Artes y Filosofía, abandonando también esta última en la recta final de la misma por pereza, por no creer ya nunca más en el academicismo, discutir con los profesores, ver la respuesta en el pan antes que en el intelecto y querer ser una perra feliz y cínica en este fracasante acierto della misma.
Sus influencias son ella misma y otros poetas vivos, genios de Madrid en confluencia. Jura que no le importa el reconocimiento popular y que seguirá haciendo de las suyas de la manera más kamikaze que se pueda: candela gratuita para todos y todas, compañer@s.
Tiene 11 blogs en los que ha recopilado una ya ámplia y versátil, además de caótica obra que se resume en la transformación del Infierno en el Paraíso sin ninguna autocensura de la RAE ni de la rancia escuela, y ha publicado incluso en papel imprimible (consurso "Toma la palabra, toma el mundo") a pesar de que ella se plantea que si ya la leen unos cuantos para qué vamos a gastar papel, oigan.
En la flor negra de la vida, pide ser contactada en en el párnaso de magiarile@hotmail.com por todo aquel ente humano que quiera y aporte variedades incendiarias para quemar la ciudad, cosa que ella gusta mucho de hacer sin piedad alguna en sus ratos libres.
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