Se preguntaba a menudo qué significaba ser libre. ¿Significaría que, aunque uno escape de una jaula, se encontrará inevitablemente en otra diferente y mayor?
Haruki Murakami
1Q84
Nace, llora, descubre la guardería y obedece a tus padres.
Crece, empieza el colegio, llora y obedece a los maestros.
Sigue creciendo, la pubertad es un problema. Sé reprimido por todos en la edad del pavo. Si haces cosas, procura que nadie las sepa; si no las haces, procura que piensen que sí. Obedece las normas, no destaques, sé uno más.
Madura, renuncia a tu libertad, estudia hasta que mueras o ponte a trabajar y obedece a tus superiores. No intentes cambiar las normas, no puedes.
Encuentra a una buena mujer o al hombre perfecto. Que no haya mucha diferencia de edad, está mal visto. No aprendas a querer, el amor ya está inventado para que vengas tú ahora a cambiarlo.
Cásate. Compra una casa e hipoteca vuestras vidas. Reprodúcete, joven, no quieras que tus hijos vean en ti a su abuelo.
Estás atado. Intenta educar como has aprendido: mal. No destaques, no tengas tiempo. La televisión piensa por ti. Consume y no asimiles. Paga. Banco, banco, banco. Aprende a nadar cuando tengas el agua al cuello. Tus hijos podrán ser lo que tú no fuiste, pero no les dejarás. Paga y quéjate. Tú decidiste tenerlos.
Envejece. Arrepiéntete de todo lo que no
Es tarde, ya no puedes cambiarlo.
Enferma. Ten esperanzas vanas de que después hay algo. No has tenido tiempo de hacer nada. Piensas que la vida es corta y es necesario que sueñes con otra. Aférrate a las manos de los que te quieren en un cochambroso hospital de paredes blancas.
Muere. Entiérrate hondo, muy hondo, entre gusanos. Obliga a los tuyos a que te recuerden…
… y espera.
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