ve con mis palabras a la ribera de la magnitud.
No son los números, ni los metros,
son los gritos los que miden al hombre.
Por eso los animales callan:
el perro, el buey, el mirlo, la rana...
¡Cuántas bestias atónitas
miran los rayos eléctricos de la lengua escarlata!
José Moreno Villa
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