miércoles, 18 de abril de 2012

Reflejo

Yo también sé escribir sobre la putrefacción de las lechugas que se momifican siempre en el cajón de la nevera. Sobre ese malestar inexplicable que producen ciertas palabras y que también nos pocha la vida.
Sé escribir del miedo y tenerlo a la vez.
Le pude haber escrito un soneto a la cicatriz que no se ve y le dejaron a mi madre cuando fue privada de sus ovarios y escribir sobre ese desgarro verbal que me hizo en el ombligo el día que él se casó con otra... pero no lo hice.
Más de una tarde de frase de servilleta de papel ,se quedó con mi ego y con aquel olor a palomitas, que son el epicentro de alguna chica en cualquier parte del mundo, y que igual te alude.
Merendar cenando, desayunar en plena siesta, y encima contarlo con la gracia justa como para ser entendida la ironía.
Para matar el hambre... gula.
Sé suicidarme en directo y escribirte con valentía apurando galletas mordisqueadas. Porque yo las galletas me las como de dos en dos y de paquetes sin etiqueta, a ciegas ante los colorantes y conservantes de letra E, retando a la cantidad recomendada por día, averiguando con mi ansiedad donde se hallarán las trazas de fruto seco que nunca me tocan.
No es necesario demostrar que soy capaz de escribir sobre madejas, hilos, arañas y aire que no se puede respirar. Unir frases inconexas y crear un poema que mi imagen adorne y nos vuelva guaperrimos y exitosos de inmediato a ambos.
Podría escribir muchas cosas, sobre muchas cosas e incluso leértelas luego
pero solo seguiré haciéndolo mientras me divierta, no por conseguir un aplauso más que tú.

La Chica Metáfora

2 comentarios:

  1. Muchas Gracias por dedicarme un trocito de este rincón.Sigo pensando que no lo merezco.
    Un abrazo
    Por cierto,una buena elección.

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  2. Gracias a ti por permitirlo :) La elección es del señor Juls

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