I
En Varsovia, una muchacha hablaba así:
si quieres acariciarme, yo no me opondría
si quieres besarme, te lo permitiría
te permitiría que me desnudes los senos.
Pero debes saber que a papá lo fusilaron los alemanes
y a un hermano mío lo quemaron en los hornos.
Si quieres acariciarme, yo no me opondría
pero debes saber que todos estos muertos aúllan en mí
y yo toda, toda soy de cenizas.
Bésame, pero que no te sepa amarga.
II
En Cracovia, una muchacha hablaba así:
si quieres puedes abrazarme
si quieres puedes acariciarme los senos
pero no me compres nunca abalorios.
Tenía trece años cuando los alemanes
ahorcaron a mamá, de un árbol en la calle.
Si quieres podemos atravesar nadando el Vístula
pero no me digas que tengo el cuello blanco y bello
y no me compres nunca abalorios.
Geo Bogza
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