miércoles, 21 de noviembre de 2012

El preso político

El ocio y la soledad
son sus únicos amigos
y son los mudos testigos
de su tremenda verdad,
no existe más claridad
en esa celda sombría
que el hueco de una ventana
y a la luz que el sol envía
va contando día a día
lo que hay de ayer a mañana.

No tiene más condición
que ver el tiempo pasar
cansándose de esperar,
en su triste habitación
va perdiendo la razón
con su tremendo sufrir,
¡poder llegar a salir!
es todo lo que desea,
su delito al delinquir
fue serle fiel a una idea.
Fernando Ríos

1 comentario:

  1. Espero que muchos de vosotros sigais publicando poemas. Sois fenomenales.

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